Mujer, negra, bajita y soltera
En Estados Unidos es ilegal que una empresa de selección de personal pregunte a las mujeres candidatas a un puesto de trabajo cosas como: ¿está usted casada?, ¿está usted embarazada?, ¿piensa tener hijos?, ¿cuál es su relación? o ¿cuál es su raza?
Pero estas reglas se violan constantemente y las respuestas dependen de que la persona quiera o no quiera el trabajo, dice Jenny Farley, invitada por Achena, asociación cultural hispano-norteamericana, a participar junto con Sally Mingel en el coloquio ¿Mujer directiva o directivo mujer?, celebrado este fin de semana en El Escorial.
"Si no se quiere el trabajo basta con decir: 'Me está usted haciendo una pregunta ilegal'. Pero si se quiere el trabajo, y ésta es la situación más frecuente, hay que utilizar el tacto. Por ejemplo, una mujer joven que participó en nuestros cursos en la universidad de Cornell, que trabaja como asistente científica, tuvo que pasar una selección en la que le dijeron: 'En dicho trabajo usted no sólo tendrá que dar clase a estudiantes, sino también a personas adultas de todo el Estado. ¿Cree que podrá hacerlo siendo una mujer negra muy bajita?'. Ella podía haber contestado ¡Oh, Dios mío, yo soy mujer y negra! ¡Gracias por decírmelo, nunca me había dado cuenta!'. Pero su respuesta fue: 'He pensado mucho sobre el hecho de ser mujer y negra, pero nunca me he considerado bajita'. Con esta respuesta ella transmitió la confianza que tenía en sí misma y le dieron el trabajo", dice Jenny Farley.
Sistemas de trabajo
En opinión de su compañera de universidad Sally Klingel, profesora de programas de empleo y sistemas de trabajo, las empresas están preocupadas por la calidad de las relaciones en el trabajo, especialmente con respecto a la familia y la salud, porque unas malas relaciones les suponen un coste enorme para ellos y creen que ha llegado el momento de hacer algo al respecto.
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