Lúder: "Ya hay una amnistía encubierta en Argentina"

El futuro ministro de Defensa de Argentina, el diputado peronista Ítalo Argentino Lúder, de 72 años, afirma que con las leyes de punto final y obediencia debida ya existe hoy de hecho una "amnistía encubierta" a los militares por los delitos cometidos en la lucha antisubversiva. En entrevista con EL PAÍS, Lúder se mostró contrario a un plebiscito sobre un tema que afecta a "20 generales", confirmó que el presidente en ejercicio, el radical Raúl Alfonsín, ofreció al futuro mandatario, el peronista Carlos Menem, indultar a los militares y se manifiesta partidario decidido de que los militares realicen tareas de inteligencia en el país.

Sobre la oferta de Alfonsín a Menem de una decisión compartida para indultar a los militares, dice Lúder que "eso se interrumpió fundamentalmente porque se anticipó la entrega del poder. El doctor Menem contestó que iba a consultar con el partido, frente a una propuesta imprevista, por que no estaba dentro de lo que se había conversado. Como luego el doctor Alfonsín, a los pocos días, anunció su renuncia, que tampoco estaba prevista, para el 30 de junio, se interrumpieron todas las conversaciones sobre el tema".A la pregunta de si el futuro Gobierno tendrá que adoptar una decisión tal vez impopular para solucionar el problema militar, Lúder responde que "el Gobierno actual manejó mal la situación militar" y se queja de la "desinformación, sobre todo en el extranjero, sobre el marco legal que actualmente rige en el país. Hace dos años el Gobierno sancionó la ley de punto final y unos meses después la de obediencia debida, por la cual quedaron eximidos de responsabilidad más de un millar de imputados y sólo se mantuvo a una veintena de generales con causas abiertas. Yo hace dos años que vengo sosteniendo que eso es una amnistía, porque amnistía quiere decir borrar los efectos jurídicos de los hechos y estas dos leyes borran los efectos jurídicos de los hechos ocurridos durante la lucha antisubversiva".

Según Lúder, el debate sobre la amnistía a los militares es artificioso, porque "amnistía ya está. El debate dividiría al país; es una cosa que no es necesario plantear, porque ya se alcanzó con esas dos leyes, y lo que corresponde-es informar a la opinión pública y luego considerar los temas que están pendientes, por ahora, a disposición de la justicia, que tiene en sus manos la causa de estos 20 generales".

Herencia justicialista

Dice Lúder que los radicales "empiezan por no admitir que hay una amnistía encubierta" y critica que "seis años de una situación militar conflictiva han perjudicado mucho al país. Acá no ha habido inversión de riesgo en estos cinco años y medio". Añade Lúder que "el Gobierno justicialista hereda dos situaciones no resueltas: esta secuela de la lucha antisubversiva y, además, episodios de indisciplina en el Ejército, no en las otras armas, que todavía no están resueltos".El futuro ministro de Defensa piensa que el problema no es reconocer que las fuerzas armadas participaron en una guerra contra la subversión. "No es una cuestión semántica, sino que durante seis años las fuerzas armadas se han considerado agredidas como institución y, más allá de las sanciones individuales que pudieron haber correspondido, la institución armada se ha considerado agredida por el Gobierno y los medios de comunicación en poder del Estado. Ése es el problema que se está viviendo actualmente".

Cree Lúder que una reparación a las fuerzas armadas corresponde a la sociedad, que "tiene que ir elaborando las alternativas. Nosotros entendemos que las fuerzas armadas deben integrarse a un proyecto de reconstrucción nacional, subordinarse al poder político, como debe ser de acuerdo a la Constitución, y también restituirles el nivel operativo adecuado y el rol específico que deben cumplir".

Lúder ocupó provisionalmente la presidencia argentina durante poco más de un mes, el año 1975, en sustitución de Isabel Perón. En esos 33 días Lúder decretó la orden de aniquilar la subversión. Hoy muchos militares argumentan que actuaron en virtud de ese mandato de un Gobierno democrático. Argumenta Lúder que su decreto ordenaba "aniquilar el accionar de la subversión", y eso significa "neutralizar su capacidad de combate; no quiere decir exterminio físico, y eso lo sabe hasta el último recluta".