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La Generalitat se plantea cerrar la residencia donde fueron recluidos locos y ancianos

Blanca Cia

La Dirección General de Servicios Sociales de la Generalitat instruye un expediente de cierre de la residencia geriátrica de Vallvidrera y de otras dos también localizadas en Barcelona. Las tres forman parte de la asociación ASCRE, cuyo propietario es Antonio Jodar González. La directora de este servicio, Angela Miquel, precisó ayer que el expediente obedece a la carencia de condiciones de habitabilidad de los tres centros: Vallvidrera, el piso de la Gran Vía y la casa de la calle de Aguilar. En el primero de ellos, un juez descubrió el domingo pasado que los ancianos eran agredidos por enfermos mentales ingresados ilegalmente. Las posibles irregularidades fiscales cometidas en los centros de Jodar están siendo investigadas por Hacienda.

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El expediente "que probablemente concluirá con el cierre", según matizó Ángela Miquel, no afecta a la residencia geriátrica de Cubelles, también de la asociación ASCRE, porque en ella no se han encontrado irregularidades graves.Por el contrario, la Generalitat considera que las residencias de Barcelona no cumplen los requisitos mínimos necesarios para un centro geriátrico. Mal funcionamiento, falta de personal adecuado, mala asistencia y falta de condiciones de habitabilidad, son algunas de las carencias observadas en las inspecciones. El expediente se encuentra en el trámite de alegaciones "por lo que no se puede aproximar una fecha para que concluya".

El expediente abierto por la Generalitat no recoge aspectos que, según ex empleadas de las residencias, eran habituales en los centros, como la mala alimentación de los ancianos. Una ex cuidadora -se fue el pasado año- asegura que las raciones de comida eran ínfimas, hasta el punto de pretender que un cuarto de pollo fuera repartido entre dos ancianos.

El propietario Jodar tampoco quería comprar yogures ni fruta para los residentes porque los consideraba caros, según esta ex empleada, que insiste en que los problemas de la compra de alimentos eran constantes. Otra ex empleada manifestó que en un ocasión Jodar le comentó que pretendía que el coste de alimentación diaria por residente fuera de 40 pesetas.

Contratos laborales

Según la misma cuidadora, Antonio Jodar González obliga a los empleados de sus centros a firmar un documento por el que renuncian a la formalización de un contrato laboral "ya que no existe una relación laboral sino trabajos realizados a título de amistad, benevolencia o buena vecindad", según describe uno de los folletos.El documento justifica estas condiciones para el trabajador porque ASCRE, la asociación que aglutina a las cuatro residencias geriátricas de Jodar, es una asociación sin afán de lucro. De hecho, el departamento de Justicia de la Generalitat así la inscribió en marzo de 1985.

El citado documento concluye diciendo "la administración pide a doña -la persona interesada en prestar sus servicios- que reconozca y acepte esta relación espontánea y desinteresada que de manera altruísta ofrece".

En la práctica, los cuidadores de los cuatro centros de Jodar tienen una jornada laboral de 12 horas diarias y un día de descanso semanal, en el que deben estar localizables, según las mismas fuentes. Jodar acostumbra a remunerar los servicios de las cuidadoras con una media de 45.000 pesetas mensuales.

Jodar ha sido demandado ante la Magistratura de Trabajo por una de sus empleadas y en otra ocasión ante el IMAC. La magistratura condenó a Jodar en julio de 1988 a pagar a la perjudicada una indemnización, que todavía no ha sido entregada, y por ello la semana próxima la magistratura procederá al embargo de su domicilio, situado junto a la residencia de la Gran Vía, según la demandante.

Sociedad anónima

En diciembre, Jodar constituyó una sociedad anónima junto con su mujer, María Concepción Heredia Galán y el abogado Manuel Cárdenas Vivar, que sólo tiene una docena de acciones de las 14.000 que forman la sociedad. La sociedad, denominada Brandeis S. A., fue fundada con un capital social de 133.290.000 pesetas y el fin de la misma es, según consta en el registro, la compra venta de solares y fincas, urbanización, parcelación y edificación. Otro de los objetivos de la sociedad se dirige a las actividades de hostelería, y restauración y explotación de centros asistenciales.Como bienes aportados a la sociedad por Jodar y su mujer constan las cuatro residencias geriátricas de Cataluña, su domicilio de Barcelona, un terreno próximo al término de Sitges, una quinta residencia en Córdoba y un vehículo Mercedes.

Todas los bienes fueron adquiridos desde 1983 a 1988, período que coincide con la dedicación de Jodar a poner en marcha residencias para ancianos. La última adquisición corresponde al centro de Vallvidrera que ocupó en régimen de alquiler entre 1983 y 1984. El valor de la residencia está calculado en 69 millones.

Entre las cuatro residencias" de Cataluña y la de Córdoba hay un total de 339 camas destinadas a otros tanto ancianos que suelen pagar cuotas que oscilan entre las 75.000 y las 250.000 pesetas.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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