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Francesca Duranti, la comedia del desencanto

La novelista italiana acaba de publicar en España 'Efectos personales'

Francesca Duranti termina su novela Efectos personales, segundo título que publica en España (Seix Barral; próximamente aparecerá la traducción catalana en Tres i Quatre), con la siguiente frase que suena a proyecto: "La comedia empieza en el punto exacto en que cayó la última ilusión". Considerada como uno de los valores más sólidos de la actual narrativa italiana -su obra La casa del lago de la luna, de 1984, ha sido traducida a 17 lenguas-, Duranti afirma que, en estos momentos, la comedia puede aportar a su obra "un signo de madurez y de desencanto: ya que no hay salida, lo mejor es sonreír".

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Talento precoz

Efectos personales no es un drama, género que la escritora con sidera como una "ingenuidad optimista" puesto que parte del presupuesto que "la realidad puede cambiarse para bien", sino una obra dictada por un "auténtico pesimismo, aquél que nace del convencimiento de que no existe una tercera vía, lo cual nos fácul ta para actuar como si efectivamente existiera".La tercera vía, a la que alude por negativa la escritora, se situaría en su novela en un indefinible punto de encuentro entre los países del socialismo real y los de la opulencia excedente: el punto que justamente busca Valentina Barbieri, una insegura es lavista separada de un bluff de las letras italianas -al que ha servido oscuramente durante diez años, preparándole materiales para sus biograflas sobre los padres de la Iglesia-, que se propone rehacer su vida, como periodista, entrevistando a un famoso escritor de un indeterminado país comunista de la Europa central.

También La casa del lago de la luna tenía por protagonista a un personaje relacionado con el mundo editorial, en este caso un germanista que encuentra y traduce una obra ignorada de un autor del siglo pasado de inmediato catapultada a éxito de ventas. "El tema de la mistificación, que se encuentra en la base de las dos novelas, me parece el signo de nuestra época. Todo va tan deprisa que no queda tiempo para desmitificar, de forma que el mito se transforma en realidad", dice Duranti.

Habla rápido, persiguiendo pensamientos veloces. Se define .asocial", necesitada de soledad, independiente de "las cosas", aunque confiesa su apego a Lucca, donde vive, a sus efectos personales: su casa, sus dos hijos, su perro: "No creo en el alma como entidad abstracta, sino en un alma que se proyecta en las cosas reales, que son las que te permiten afirmar tu propia existencia". Su novela es eso: la historia de un desarraigo y la búsqueda, tras la separación de una mujer que ha vivido en función única de su marido, de nuevos efectos personales, aquellos que permitan recuperar la serenidad con el mundo.

¿Novela feminista? "Coino todas las cosas de masas, el feminismo se ha manifestado de forma irritante y estúpida. Nada que objetar a que las mujeres sigan el camino que históricamente han de seguir. Pero como escritora vivo al margen de eso. Me relaciono, claro que sí. Pero una cosa es estar entre la gente y otra, muy diferente, y que por lo demás me produce vértigo, cantar en el coro".

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