Kuron: "No queremos derrocar el sistema sino transformarlo"
El diputado electo de Solidaridad cree que quitar el poder al partido podría provocar otra ley marcial
, Jacek Kuron, historiador de 55 años, es una de las figuras legendarias de la disidencia polaca. El pasado 4 de junio Kuron fue elegido diputado al Parlamento polaco por Solidaridad en las primeras elecciones parcialmente democráticas que se han celebrado en Polonia desde 1947. En la entrevista concedida a EL PAÍS este asesor de Walesa explica el significado de los cambios políticos que se están llevando a cabo en Polonia y las perspectivas de la evolución polaca después del triunfo en las elecciones de la oposición sobre las autoridades comunistas.
Kuron se muestra partidario de una evolución paulatina del sistema comunista que "no queremos derrocar, sino transformar". En este camino de la transición democrática advierte Kuron numerosos peligros, entre los cuales destacan la crisis económica de efectos desestabilizadores y la resistencia del aparato del partido y la Nomenklatura.Pregunta. En las elecciones del 4 de junio la oposición democrática ha obtenido una victoria aplastante sobre las autoridades, pero los comunistas seguirán en el poder en Polonia. ¿No teme usted una peligrosa frustración del electorado de Solidaridad?
Respuesta. Creo que la gran mayoría de la sociedad polaca se da perfectamente cuenta de que un sistema como el nuestro no se puede cambiar de la noche a la mañana y que el intento de Solidaridad de subir al poder le enfrentaría al aparato del partido. Éste sería un camino hacia la guerra civil. Las elecciones no solamente han permitido proclamar la voluntad del pueblo polaco. El mero hecho de que esta voluntad sea conocida tiene una enorme importancia política. Además, la forma en que entramos en el Parlamento nos permitirá una colaboración eficaz con los reformistas del partido.
Gabinete de expertos
P. ¿Qué Gobierno podría realizar esta política de reformas? ¿Podría haber representantes de Solidaridad en el nuevo gabinete?
R. Creo que la mejor solución sería un gabinete de expertos, no partidista, de saneamiento económico.
P. ¿Podrían entonces dejarse de lado las reformas políticas?
R. En absoluto. Las transformaciones políticas las estamos llevando a cabo y el mejor ejemplo de ello han sido las propias elecciones, la creación del nuevo Parlamento, la organización de la sociedad en diferentes agrupaciones de carácter político. No obstante, el campo que permanece intacto es la reforma de la economía. Nuestra situación es precisamente opuesta a la que se dio en China. En China se ha demostrado cuán peligroso es hacer las reformas económicas sin las políticas. En Polonia puede demostrarse cuán peligroso es hacer las reformas políticas sin las económicas. Ese Gobierno de técnicos, con personas que no representen a ningún partido, debería poner en práctica un programa apoyado por todos los grupos parlamentarios. A tal Gobierno podría dar su apoyo Solidaridad, ya que, en cuanto tal, no puede entrar en él. Primero deberían convocarse unas elecciones municipales y cambiarse, en un proceso, la Administración del Estado. En segundo lugar, debería cambiar la administración económica. La nomenklatura debería sustituirse por modernos ejecutivos.
P. ¿Qué espera usted del pleno del comité central del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP) que se celebrará a finales de este mes?
R. El peligro más serio que existe es que se vea amenazado en sus intereses el aparato del partido. Primero este aparato tratará de vengarse en quienes le han puesto en esta situación, o sea, en los reformistas de su dirección quienes, para colmo, han perdido las elecciones. No ha sido el hormigón [los duros] el que ha perdido las elecciones, sino los reformistas, porque ellos han optado por convocarlas y han presentado sus candidaturas. En vista de ello, debemos demostrar muy claramente que no pensamos derrocar al sistema, sino transformarlo. No podemos hacer más en este asunto.
Poder del aparato
P. En una de sus recientes alocuciones usted ha advertido sobre el peligro de una nueva ley marcial en Polonia. ¿Cree que tal peligro es real?
R. El intento de quitar ahora el poder al aparato podría provocarlo. También si en el otro bando ganan las fuerzas antirreformistas iremos de conflicto en conflicto y esto podrá conducir a una situación en que será impuesta la ley marcial.
P. El apoyo que intenta ahora brindar Solidaridad al ala reformista de la dirección del POUP, ¿podría traducirse en el apoyo a la candidatura del general Jaruzelski a la presidencia?
R. Nosotros no hemos apoyado esta candidatura, pero tampoco hemos protestado contra ella.
P. Y usted, concretamente, ¿apoyaría a Jaruzelski?
R. No. Se trata de una cuestión simbólica. Desde el punto de vista político lo podría aceptar. Pero mi voto a Jaruzelski sería un voto a favor de la ley marcial que impuso en 1981.
P. ¿Qué reacciones puede despertar, según usted, el proceso polaco en la Unión Soviética?
R. Desde el punto de vista del equipo de Gorbachov la paz en Polonia es lo que más importancia tiene. Sólo cabe preguntarse si Gorbachov evalúa lo que acaba de suceder en Polonia como un camino hacia la tranquilidad, o bien hacia la intranquilidad. Esto no lo sé.
P. ¿Por qué el partido ha optado por convocar unas elecciones a pesar de ser consciente de que podía perderlas?
R. Se ha creado una crisis tal del sistema totalitario en que una parte de su elite comprendió que de seguir con él sólo puede lograr su propia aniquilación. Ellos, sencillamente, han tomado en cuenta la realidad.
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