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Empieza el desgaste de Menem

La segunda ola de nombramientos para el futuro Gobierno argentino desencadena una sorda lucha interna en el equipo del presidente peronista

La segunda ola de designaciones para el futuro Gobierno del candidato peronista Carlos Menem ha desencadenado una sorda lucha interna y pone de manifiesto las contradicciones en el equipo del futuro presidente. Cuando ni siquiera ha llegado a ser presidente electo, porque todavía no se han reunido los colegios electorales, ha comenzado ya el desgaste de Menem.

Menem vive una luna de miel con la sociedad argentina. El candidato electo hace menos de un mes ha sabido granjearse las simpatías incluso de muchos que se declararon públicamente sus enemigos. La expresión más palpable de este fenómeno la dio el pasado viernes el músico Astor Piazzolla en su reaparición en Buenos Aires.Piazzolla había declarado antes de las elecciones que si ganaba Menem no volvería a Argentina. Después de que el candidato vencedor manifestase su estima por Piazzolla, el viernes acudió con su esposa, Zulema Yoma, al estreno del famoso bandoneonista y su flamante sexteto Nuevo Tango. En medio del recital, Piazzolla dijo: "Estoy de regreso en Argentina y no pienso irme nunca". Menem había declarado: "Hace 15 años que soy piazzollista". Desde el escenario, Piazzolla dijo: "Es la primera vez que un presidente electo viene a una función de un grupo mío. Gracias, doctor Menem, gracias por pedirme que me quede en Argentina. Gracias por hacerlo como usted sabe hacer las cosas".

A los pocos días de la elección, Carlos Menem había recibido también casi una declaración de amor del máximo exponente del gorilismo antiperonismo militante en Argentina. Nada menos que el almirante retirado Isaac Rojas, el hombre que dirigió el golpe que derribó al presidente Juan Perón en 1955, declaró sobre Menem que "da la impresión de ser una persona de buenos sentimientos" y "su mirada impone respeto".

Libre de ataduras

La primera selección de Menem, los ocho ministros del futuro Gobierno, causaron impresión. Menem demostraba estar libre de ataduras partidistas y escogió a un ministro de Economía que no le había votado y al de Educación ni siquiera le conocía personalmente. Los conflictos surgieron con la segunda ola de nombramientos, en el nivel de secretarios de Estado.No está claro si esto responde a un estilo menemista de dejar todo atado y bien atado o a la necesidad de satisfacer sus compromisos políticos. Cuando todavía no había cerrado la lista de su futuro Gabinete, Menem tuvo la primera minicrisis. El designado para la cartera de Obras y Servicios Públicos, el gobernador peronista de Mendoza, Octavio Bordón, renunció al cargo.

El motivo de la discordia fue que Menem designó también a los secretarios de Estado. Bordón advirtió que ni siquiera podría nombrar a su equipo de colaboradores más inmediatos y renunció. El detonante parece haber sido la designación, hecha por Menem, del ex diputado peronista Julio César Araoz como secretario de Energía. La imagen de Araoz es muy negativa. Varios medios de prensa acusan a Araoz de haber participado con militares durante la reciente dictadura en negocios tan siniestros como la venta de bienes de desaparecidos.

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Otras designaciones llamativas han sido la del presidente del club de fútbol River Plate, de Buenos Aires, para la presidencia del Banco de la Nación Argentina, un banco público que no es el Banco Central. El corresponsal de este periódico pudo ver días atrás, en la tribuna central de la cancha del River, cómo los socios comentaban el nombramiento de Satilli con un expresivo gesto giratorio de los dedos. Al frente de los servicios secretos, la Secretaría de Informaciones del Estado (SIDE), Menem puso al periodista de 42 años Juan Bautista Yofre, el Tata para sus amigos.

Otros nombramientos de Menem parecen programados para plantear conflictos, porque aparecen personas con posiciones contrapuestas e incluso querellas personales. El conflicto interno más serio podría plantearse en los sindicatos, tras la designación del dirigente del plástico Jorge Triaca para la cartera de Trabajo.

Ministro de Trabajo

El parto del futuro ministro de Trabajo fue el más doloroso y se hizo esperar. Triaca, de 48 años, es el arquetipo del burócrata sindical colaboracionista con el poder político y empresarial. Con la dictadura, Triaca fue encarcelado por un breve período, pero después se entendió con los militares y representó el sector colaboracionista de los sindicatos. Se implicó a Triaca en dudosos negocios inmobiliarios durante la dictadura.La designación de Triaca en el Ministerio de Trabajo significa un golpe para el actual secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Saúl Ubaldini, y ya se han producido los primeros roces, que no presagian un futuro de armonía. A pesar de la luna de miel con el país, el desgaste de Menem ha comenzado cuando ni siquiera es formalmente presidente electo.

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