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La revuelta estudiantil china se apaga mientras sigue la 'caza de brujas'

La revuelta popular china, protagonizada principalmente por los estudiantes, se apaga, mientras los militares consolidan su presencia en Pekín y en otras ciudades y agentes de paisano continúan las detenciones contra "elementos contrarrevolucionarios", acusados por las autoridades de ser los responsables del "caos" y del proceso de inestabilidad que ha sacudido el país en las últimas semanas, y que ha tenido un final sangriento de varios miles de víctimas mortales tras la represión del Ejército el pasado día 4 en Pekín.

Las últimas acciones de protesta popular, que se habían trasladado a Shanghai, la ciudad más populosa y la más industrial del país, prácticamente acabaron ayer, según informa desde esta ciudad. El último bastión se derrumbó cuando los estudiantes y líderes sindicales anunciaron el final de sus protestas, ante la caza de brujas que se extiende por todo el país y que ha supuesto ya la detención de centenares de "contrarrevolucionarios". En Shanghai y en otras ciudades, los líderes universitarios han pasado a la clandestinidad, mientras agentes de paisano continúan las detenciones de personas acusadas de participar en las manifestaciones de estas semanas.En Pekín, la presencia militar se ha reducido notablemente, informa Bosco Esteruelas, y la situación es aparentemente tranquila, pero la maquinaria represiva del Estado funciona a gran ritmo. Las autoridades están ayudándose para la labor de búsqueda y captura del clima de denuncia ciudadana que se ha creado en los últimos días y de los vídeos elaborados por el departamento de información del Ejército y de las cadenas de televisión extranjeras. Fuentes periodísticas de Hong Kong afirman que las autoridades encargadas del cumplimiento de la ley marcial han confeccionado una lista negra de 10.000 personas que tienen que ser detenidas "a cualquier precio".

Mientras, las autoridades chinas ordenaron ayer la búsqueda y captura del astrofisico disidente Fang Llzhi y su esposa, que se encuentran refugiados en la Embajada de EE UU en Pekín, y a los que se acusa de haber cometido "crímenes de propaganda contrarrevolucionaria e instigación" antes y durante la revuelta estudiantil aplastada la pasada semana.

Páginas 2 y 3

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