Cáncer rico, cáncer pobre

Las expectativas de reducir la mortalidad por cáncer dependen más del diagnóstico precoz y de la prevención que de la posibilidad de obtener un tratamiento eficaz para los tumores aún incurables. Pero el diagnóstico precoz es todavía un objetivo por alcanzar en la mayor parte del mundo, hasta el punto de que un diagnóstico a tiempo podría evitar más de una tercera parte de las muertes por cáncer que se producen en los países en vías de desarrollo, según Jan Stjernswärd, autor de más de 300 trabajos relacionados con el cáncer que ha estado en Barcelona, invitado por la Fundación Antonio Esteve.En los países avanzados existen también importantes lagunas, según este sueco, jefe de la unidad del cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS), especialmente en los cánceres ginecológicos. Un 30% de los cánceres puede prevenirse con antelación, porque se conoce la relación de algunos tumores con determinados hábitos, como el tabaquismo, por eso es tan importante, según Jan Stjernswärd, que la política sanitaria haga más hincapié en las medidas de prevención. Se sabe por ejemplo que un tercio de los tumores están relacionados con la alimentación y muchos pueden evitarse con una dieta sana.

Pero existen todavía muchos tumores de los que nada sabemos, que sólo pueden ser afrontados con esperanza de éxito si se diagnostican en las fases inciales. En los países avanzados se observa una clara relación entre la ampliación del diagnóstico precoz y el descenso de la mortalidad por cáncer. En los países del tercer mundo, en cambio, la situación es muy diferente: "La mitad de los pacientes con cáncer del mundo viven en países no desarrollados y mueren nueve de cada diez. O sea, que mientras en los países ricos se cura uno de cada tres enfermos de cáncer, en los países pobres sólo se cura uno de cada diez".

Stjernswärd recuerda que mientras en muchos países no existe ni siquiera la posibilidad de un diagnóstico precoz, en otros se gasta gran cantidad de recursos en tratamientos para enfermos terminales ya desahuciados, o tratamientos muy costosos de escasa eficacia en tumores incurables".

La humanidad debe esperar más de la prevención y del diagnóstico precoz, según el doctor Stjernswärd, que de eventuales tratamientos milagrosos que puedan curar el cáncer. Pero en los países avanzados, el espejismo de la tecnología ha hecho creer que la medicina lo puede todo y la sociedad exige que se intervenga incluso cuando ya no hay remedio. En cambio, no se potencia suficientemente el diagnóstico precoz, que es un instrumento eficaz para reducir la mortalidad, o se utiliza de forma inadecuada.

El representante de la OMS cita como ejemplo la medidas de prevención del cáncer de mama y tumores ginecológicos: "Muchos países han puesto en marcha ambiciosos proyectos de detección precoz pero no logran reducir la mortalidad porque los utilizan mayoritariamente las mujeres jóvenes y, en cambio, quedan sin cubrir amplias capas de mujeres mayores, que son precisamente las de mayor riesgo. El 92% de las mujeres que sufren cáncer de mama tienen más de 50 años, de modo que es más importante garantizar al menos una mamografía a todas las mujeres de más de 50 años que realizarla también a las jóvenes", afirma Stjernswärd.