Negociaciones contra reloj
Una delegación del Gobierno mexicano inició ayer en Nueva York una nueva tanda de negociaciones con la banca internacional para articular el pago de la deuda externa de México, que en estos momentos supera la barrera de los 100.000 millones de dólares. El objetivo de este encuentro es evitar que ese país se vea forzado a suspender el pago de su deuda. Las reuniones, que se prolongaran durante todo el fin de semana, se están desarrollando en la sede de Sherman & Sterling, los abogados de Citicorp, uno de los colosos del capitalismo norteamericano y el Goliat de las conversaciones.
El objetivo de la delegación mexicana que ha llegado a Nueva York es conseguir una reducción del 50% del valor de su deuda externa, mientras los bancos sitúan ese porcentaje en el 22%. Los mexicanos necesitan a toda costa reducir la transferencia neta de capitales al exterior del 6% al 2% anual, de otra forma todo su plan de desarrollo económico no podrá funcionar.
Los negociadores mexicanos pretenden combinar varias opciones para conseguir ese objetivo, aunque la más fácil, si los banqueros acceden, sería el de reducir la deuda y conseguir la entrada de nuevos créditos. El Citicorp preside el comité de bancos acreedores de México y de ahí que sea esta sociedad la que se haya encargado de la negociación con la delegación mejicana desplaza da a Estados Unidos.
Acuerdo inmediato
Según el Citicorp, la reunión de Nueva York será una continuación de las conversaciones mantenidas en Madrid el pasa do miércoles y donde México y sus acreedores sentaron las bases de un acuerdo sobre la deuda. La cumbre de Manhat tan se inica con la intención de llegar a un acuerdo inmediato como base del programa de financiación final para el periodo 1989-1991"
El gobierno de Carlos Salinas de Gortari necesita llegar a a un pacto antes del 30 de julio, fecha en la que termina el plazo del compromiso político del presidente con los empresarios y los trabajadores para solucionar la delicadísima situación económica del país.
El cónsul general de México en Nueva York, el embajador Agustín Barrios Gómez, declaró ayer a EL PAÍS que la voluntad de su Gobierno es la de llegar a un pacto que beneficie por igual a mi país y a la banca, por que sólo así se podrá solucionar el problema". El diplomático explicó que la negociación iba a basarse en la discusión de los porcentajes que ambos han propuesto como reducción de la deuda.
Un miembro del Banco Mundial ha explicado a este diario que "México no podrá conseguir una reducción del 50%, pero sí que resulta evidente que necesita la ayuda de los bancos para poder reprogramar la financiazión de su deuda y evitar el colapso".
Si México consigue esa reducción de la deuda y la presión bancaria disminuye, el Gobierno Salinas podría superar la crisis. Lo cierto es que este año México debía pagar 15.000 millones de dólares por el servicio de su deuda externa, pero sus reservas monetarias han disminuido en los últimos meses en 4.000 millones de dólares, según datos del Fondo Monetario Internacional. Las arcas públicas mexicanas se están agotando y el fantasma de la suspensión de pagos comienza a dislumbrarse.
Uno de los problemas más graves con los que se enfrenta México es que la banca mundial no puede aceptar de forma inmediata una reducción de su deuda, ya que eso significaría que otros países en situación similar a la mexicana resultarían también perjudicados.
Los representantes oficiales de México en Estados Unidos han explicado que sus funcionarlos no efectuaran ningún tipo de valoración oficial hasta el término de la negociación.
"Con esta postura queremos evitar que los grandes bancos informen, detalle a detalle, de todo cuanto sucede en las conversaciones", ha explicado un diplomático mexicano quejoso con la imágen que ofrece su país desde las páginas financieras de los periódicos neoyorquinos.
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