La CE se compromete a actuar contra el 'efecto invernadero' que amenaza a la Tierra
, El Consejo de Ministros de Medio Ambiente de la CE celebrado ayer en Luxemburgo aprobó una resolución para intentar corregir el llamado efecto invernadero provocado por la capa de gases contaminantes de 25 kilómetros de espesor que rodea la atmósfera. La controversia de una reunión con un orden del día muy cargado se centró en la nueva directiva para reducir la contaminación provocada por los coches pequeños.
El ministro de Obras Públicas, Javier Sáenz Cosculluela, se despidió ayer de la presidencia de la CE con un acuerdo por unanimidad que determina la voluntad de los doce para luchar contra el efecto invernadero. Según Fernando Salcedo, director general de Medio Ambiente, la resolución aprobada pone de manifiesto la necesidad de una actuación a nivel internacional que trascienda los límites de la CE. Las acciones concretas a emprende quedan condicionadas al informe que la Comisión Europea se compromete a elaborar antes de finales del próximo año.La Comunidad adquiere el compromiso político de proteger la selva tropical y cuidar su cubierta vegetal propia, evitar las emisiones de dióxido de carbono y corregir sus políticas energéticas con el doble objetivo de ahorro en el consumo y desarrollo de fuentes de generación de energía limpia. La resolución refleja el interés que los Gobiernos comunitarios presionados por la opinión pública, han puesto en la defensa del medio ambiente, política que juega un papel creciente como banderín de enganche electoral.
La presidencia española ha logrado durante el semestre de su mandato el acuerdo para eliminar a medio plazo la producción de las sustancias de clorofluorocarbono (CFC) que destruyen la capa de ozono, la adscripción de la CE al acuerdo de Basilea sobre prohibición de transporte de mercan cías peligrosas y la resolución sobre el efecto invernadero. Aparte de la resolución sobre el efecto invernadero, el Consejo aprobó una directiva sobre el control con que deben operar los centros para modificación genética de microorganismos, esencialmente los dedicados a producción de semillas, plantas superdotadas y productos farmacéuticos. El objetivo es evitar emanaciones y desechos que degraden el medioambiente.
La polémica de la reunión estuvo centrada en la nueva directiva que intenta fijar los límites máximos de polución de los coches pequeños (los de menos de 1.400 centímetros cúbicos), los únicos hasta ahora a salvo de medidas anticontaminantes. La CE había alcanzado una posición común el pasado mes de noviembre, que el Parlamento Europeo y la Comisión consideraron insuficiente.
La nueva norma, que debe adoptarse por unanimidad, fija unos límites que reducirán la emisión en más de un 30% de la posición inicial. Los nuevos baremos acercarían a la Comunidad a la llamada norma norteamericana antipolución.
Cadenas de montaje
La directiva entraría en vigor en 1993. La polémica radica en que la RFA, Holanda y Grecia -en este caso por la insoportable contaminación que padece Atenas- exigen una fase intermedia desde 1991, lo cual supondría dotar a los utilitarios de un catalizador que encarecería más de un 10% su coste. También piden permitir incentivos fiscales a la compra de coches limpios.
Los países productores de la gama baja de los automóviles (Francia, Italia, el Reino Unido y, en menor medida, España) se oponen. Invocan el criterio de unidad de mercado y el despilfarro que para las empresas significaría tener que modificar sus cadenas de montaje. Pretenden ganar tiempo, porque la RFA es el único productor de catalizadores y porque Peugeot investiga un nuevo motor que, sin ese artilugio, podría adaptarse a las nuevas normas.
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