Wagensberg y Echeverría desatan un debate sobre el concepto de tiempo
Un público heterogéneo, compuesto de estudiantes universitarios, profesores, artistas y, curiosos de vario tono, asistió en la tarde del martes a un brillante debate sobre el tiempo que tuvo lugar en el salón de columnas del Círculo de Bellas Artes, en Madrid, dentro del ciclo Pensar el presente, que dirige Francisco Jarauta.
Jorge Wagensberg, catedrático del departamento de Física Fundamental de la Universidad de Barcelona, con un cierto aire de joven Balzac, dictó una clase de Física Elemental, continuamente apoyada en claras parábolas y rozando de forma tan elegante como negligente el resbaladizo y acaso (en su opinión) sospechoso ámbito de la construcción teórica. Sospechoso en este caso carece de cariz peyorativo y toma el significado vital y metodológico de la duda.Estudiar el tiempo, para Wagensberg, es "estudiar un conflicto", y el presente, que podría ser una especie de eterno razonable", sólo sería reconocible "en la medida en que seamos capaces de resolver ese conflicto".
La primera Física de Newton admitía la posibilidad de un tiempo reversible, según el cual cabría la posibilidad del regreso al origen y, paradójicamente, sostendría con justeza cualquier teoría determinista, como la de Laplace. La termodinámica vino a destruir la ilusión: el tiempo ya no es reversible, el conflicto sicológico desaparece. Con la fusión, cabe la posibilidad de forzar los estados, de huir del equilibrio, construir un punto crítico, -"tiempo roto"-, que provoca estructuras no previsibles.
Esta última noción de tiempo físico viene a confluir con "el tiempo histórico", "el tiempo social", en el que es imposible prevenir alternativas. Esto, opina Wagensberg, "es muy saludable; viene a confirmar que las grandes causas, por las que vivir, por las que morir, no existen".
Utilidad de la duda
Javier Echeverría, en el ámbito teórico opuesto a Wagensberg, sostuvo que el tiempo no precede a los hombres, advirtiendo de la utilidad de la duda metodológica con respecto a la ciencia, frente a la actitud epistemológica y los argumentos de autoridad. El tiempo es, para Echeverría, "una complejísima construcción de los hombres, un sistema de signos de enorme complejidad. En respuesta a Wagensberg ironizó diciendo que las fallas estratificadas del cañón del Colorado estaban ahí desde antes que el hombre, "pero hay que saber leerlas".Ante una intervención del público en el sentido de señalar el peligro de tomar a los científicos como los nuevos sacerdotes, Wagensberg contestó que "esto parece inevitable, pero siempre será mejor tener sacerdotes que cambian periódicamente, como sus teorías".
Los profesores italianos Remo Bode¡ y Franco Rella intervinieron relacionando lo expresado por los ponentes con el mundo de la creación. Bode¡ interviene hoy con la ponencia El individualismo y los valores morales de la sociedad contemporánea.
Un animado turno de intervenciones del público puso fin al acto, demostrando al menos que la tarde dedicada a tan abstracto como preocupante asunto -tres horas-, resultó un tiempo estimulante y divertido.
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