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Shamir: "La OLP debe optar entre diálogo o 'intifada"

El primer ministro israelí pedirá en Madrid apoyo para su nueva iniciativa de paz

Ángeles Espinosa

ENVIADA ESPECIAL"La intifada no es una alternativa. Los palestinos no van a lograr nada de Israel por la violencia" . El primer ministro israelí, Isaac Shamir, se aferra a sus convicciones con tesón, e insiste una vez más en que los palestinos han tomado un camino equivocado. Algo ha cambiado, sin embargo, desde que el 9 de diciembre de 1987 se iniciara el levantamiento popular en los territorios ocupados. De hecho, él, a sus 74 años, ha aceptado por primera vez la necesidad de un diálogo con los palestinos, que en su fuero interno sabe abocado a incluir de manera más o menos velada a la OLP. Shamir intenta ahora su iniciativa de paz antes de que los acontecimientos le obliguen a poner el cartel de saldos.

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Crece la oposición al plan de paz del ministro en su propio partido

Relajado, en mangas de camisa, Shamir recibió ayer a un grupo de periodistas españoles con motivo de su visita a España el martes próximo. A pesar de lo temprano de la cita, a las nueve de la mañana, y de su cortesía, al primer ministro se le notaba cansado. Desde su oficina, en el complejo de edificios de¡ Gobierno en Jerusalén, se percibe la tensión creciente que vive la sociedad israelí. La intifada ha recordado al mundo el problema palestino, pero también ha provocado una tormenta en el propio Israel, donde las divisiones intercomunitarias de la población judía se han ahondado ante una situación límite, que ha puesto en entredicho la esencia democrática del Estado.Shamir no quiere hablar de eso. "No entiendo la pregunta", asegura sin sonrojarse por segunda vez. Ni siquiera la traducción al hebreo logra un comentario. "Pasemos a otros asunto", y eso significa volver a hablar de su iniciativa de paz, aprobada por su Gobierno el pasado domingo y que acaba de superar una moción de censura en la Kneset (Parlamento). Se siente fuerte. ' No le asusta la oposición del ala más radical de su partido. "Es muy normal que haya discusión y debate", asegura, "pero mis puntos de vista prevalecerán". Sabe bien su oficio. Sonríe para transmitir seguridad, igual que se pone serio cuando la pregunta le permite contar lo que quiere.

Tono moderado

En un tono mucho más moderado que el empleado el miércoles en la Kneset para dirigirse a los diputados del Likud, el bloque conservador que lidera, quiere dejar claro que lo importante es .empezar a negociar". "Creo que puede haber una solución válida para ambos, ya que [mi iniciativa] tiene en cuenta los intereses israelíes y las aspiraciones árabes", afirma conciliador, aunque sin renunciar a su postura sobre un eventual compromiso territorial. "Personalmente no creo en la solución territorial". De todas formas es pronto. Su iniciativa en cuatro puntos, que retoma en cierta medida la esencia de un Camp David que él rechazó en su día, a duras penas es un marco. Todas las puertas están abiertas o cerradas, según desde dónde se mire, porque, como el propio primer ministro explica, . no fija de antemano cuál será la solución final al conflicto".Ante la Kneset, la víspera de esta -entrevista, Shamir había asegurado que no cederán ni un centímetro de tierra y que los palestinos de Jerusalén este no tendrían derecho al voto. El jefe conservador no parece tan ingenuo como para creer que con esas condiciones el acuerdo sea posible. Él mismo reconoce que una de las principales razones para no hablar con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) de Yasir Arafat radica en que "su condición mínima es el Estado palestino, y eso no es de recibo".

Poco antes había admitido, sin embargo, la posibilidad de que los elegidos en los comicios que propone en el cuarto punto de su iniciativa resulten próximos a esa central.

"Los palestinos terminarán por aceptar la iniciativa [de paz]. Su actual rechazo no es su última palabra", manifiesta convencido. Dibuja entonces el dilema al que, en su opinión, se enfrentan ahora los palestinos. "Tienen que elegir entre tomar el camino del diálogo o continuar la intifada; ambas opciones son incompatibles". Reconoce, no obstante, que hasta el momento han sido incapaces de frenar ésta. "Es un nuevo método de guerra contra Israel, una nueva experiencia, pero estoy seguro de que encontraremos la fórmula". "Estamos muy interesados en poner fin a este innecesario derramamiento de sangre que no da ningún resultado positivo ni para los árabes ni para nosotros", insiste como queriendo subrayar la sinceridad de sus palabras.

Shamir va a aprovechar su visita a España para pedir el apoyo del Gobierno de Madrid a su iniciativa, en sus palabras, "el camino más realista para conseguir la paz

Presión internacional

A pesar de la diferencia de puntos de vista, que no ignora, se muestra esperanzado y confía en que "no sean obstáculo para desarrollar las relaciones entre ambos países". No considera, de todas formas, que Europa pueda actuar como mediadora en este conflicto, y tampoco quiere darse por enterado de las presiones internacionales para que se solucione por la vía del diálogo. Por último, cuando uno de los periodistas le transmite la pregunta de un palestino sobre hasta cuándo van a permanecer las patrullas armadas en la ciudad vieja de Jerusalén, sale a relucir el Shamir más auténtico y más tópico. "Hasta cuando sea necesario. Jerusalén pertenece al Estado judío, es nuestra capital, como Madrid es la capital de España".

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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