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La CE lanza una ofensiva publicitaria contra el consumo del tabaco

Los doce desencadenaron ayer una gran ofensiva contra el tabaco al adoptar tres iniciativas en el curso de un Consejo de Ministros presidido por el titular español de Sanidad, Julián García Vargas. Enmarcadas en el programa Europa contra el cáncer, en cuya segunda fase la Comisión Europea espera reducir en un 15% de aquí a 1994 la mortandad por esta enfermedad, las decisiones de los ministros refuerzan las advertencias sobre la peligrosidad del tabaco, establecen un techo para el contenido de alquitrán en los pitillos y, por último, restringen su consumo en lugares públicos.

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Propuesta el año pasado por el comisario Manuel Marín, la directiva sobre el etiquetado de los paquetes de cigarrillos prevé que a partir de enero de 1992 figure en el lado lateral su contenido de alquitrán y nicotina, y en una de sus dos caras la siguiente frase: "Perjudica gravemente a la salud". En la otra cara deberá estar escrita otra advertencia elegida en una lista puesta a punto por cada Estado miembro.Dos advertencias, "Fumar provoca cáncer" y "Fumar provoca enfermedades cardiovasculares" figurarán obligatoriamente en los anuncios elaborados por cada ministerio de Sanidad que podrán incluir además otros eslóganes antitabaco seleccionados en una larga lista propuesta por la Comisión Europea en la que destacan: "Fumar mata", "Los fumadores se mueren antes", "Mujeres embarazadas: fumar perjudica a la salud de vuestro hijo".

Los titulares de Sanidad se pusieron también de acuerdo sobre otra directiva, cuya puesta en práctica está supeditada a la aprobación del Parlamento Europeo, que fija un techo máximo autorizado de 15 miligramos de alquitrán por pitillo a partir de enero de 1993, y cuatro años después, en 1997, reduce esa cantidad a tan sólo 12 miligramos. El Reino Unido, Holanda y Bélgica votaron en contra por distintas razones, pero Grecia, que también se oponía, cambió de postura cuando obtuvo una derogación que le permite diferir hasta el año 2006 la disminución a 12 miligramos de alquitrán.

Una resolución, con menos peso jurídico que las directivas, que recomienda a los Estados miembros que legislen la prohibición de fumar en lugares públicos cerrados fue, por último, adoptada por García Vargas y sus homólogos. El texto, que abarca desde las oficinas de la administración donde se atiende al público hasta las salas de cine y teatro, pasando por los edificios escolares y hospitalarios y hasta las exposiciones y las estaciones de metro y ferrocarril, estipula que en caso de conflicto debe prevalecer el derecho a la salud de los no fumadores.

García Vargas estima que las disposiciones que obtuvieron la luz verde de los doce "no modificarán sustancialmente las normas aplicadas en España porque, en gran parte, ya han sido recogidas por nuestra legislación". "Todo lo más", opinó un miembro de la delegación española, "endurecerán un poco más la política antitabaco que llevamos a cabo".

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