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EL RELEVO PRESIDENCIAL EN ARGENTINA

Carlos Menem cierra su campaña electoral, centrada en el mesianismo

Con un mitin ante unas 200.000 personas en el distrito de La Matanza, en la provincia de Buenos Aires, al borde de la capital argentina, el candidato peronista, Carlos Menem, ahogado de 58 años, concluyó una campaña electoral centrada en resaltar su personalidad mesiánica y carismática. Al final de su discurso, Menem concluyó con el grito que lanzó a lo largo de la campaña: "Síganme, síganme, síganme, que no los voy a defraudar. ¡Que Dios les bendiga!".

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El candidato peronista se ha presentado al electorado como el caudillo capaz de movilizar la esperanza en un país dominado por la mufa (mala leche). Alguno de los spots propagandísticos de Menem atribuían al candidato peronista dotes casi mesiánicas de ubicuidad y le presentan como el que está en todas partes".Los radicales, en el Gobierno, tratan de evocar el pasado y cargar sobre Menem las connotaciones negativas que despierta el peronismo. En uno de sus anuncios en televisión, los radicales muestran una urna de votación en la que una mano deposita papeletas de voto. Con cada papeleta una voz dramática acusa a los peronistas de toda una serie de desaguisados y dice "por las listas negras", "por la matanza de Ezeiza", "por la Triple A", "por los Montoneros", "por la guerra de Malvinas", "por el poder sindical", "por la censura", "por el desgobierno de La Rioja". Después se recomienda "votar sin rencor, pero con memoria".

'Voto del miedo'

El investigador social Manuel Mora Y Araujo cree que no funcionará la estrategia radical del voto del miedo contra Menem, porque la opinión pública considera ya la democracia como algo normal en Argentina. No cree Mora que en esta elección pueda repetirse el fenómeno de 1983, cuando la candidatura del radical Raúl Alfonsín representaba la identificación con la democracia. Según Mora, que ha sondeado la opinión pública durante varios meses y realizó su última encuesta el pasado 1 de mayo, Menem era un candidato conocido por todos desde el primer momento y es un candidato que "despierta sentimiento positivos. Menem toca fibras que no pasan por temas concretos" y se le considera una persona que "tira buenas ondas".Esta componente taumatúrgica de Menem se advierte claramente en sus seguidores. Durante el congreso peronista de Mar del Plata, el pasado febrero, el corresponsal de este periódico vio a un grupo de señoras mayores paradas ante un cartel de Menem. Una de ellas acariciaba con unción la cara del candidato y murmuraba "es un árabe bueno", mientras que otra decía en voz baja "es un dios".

El mitin de la noche del miércoles en el distrito de La Matanza se caracterizó por el caos de organización. El grupo de periodistas extranjeros tuvo que atravesar la muchedumbre con el resultado de que muchos no pudieron llegar al estrado y otros fueron aliviados de sus carteras. A un italiano le robaron la cámara de televisión, varios fotógrafos se quedaron sin parte de sus equipos. Algunas corresponsales de Estados Unidos se quejaban ayer en su Embajada de que les habían metido mano por todas partes en medio del barullo.

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La masa coreaba gritos como "Alfonsín, gorilón, salí de La Rosada [sede del Gobierno], que ya viene Perón". Menem prometió jubilación para las amas de casa y ridiculizó la propuesta de Angeloz de ofrecer un seguro de desempleo, porque "si no les podemos pagar a los jubilados, ¿de dónde vamos a sacar para el seguro de desempleo?". Añadió que lo que hay que ofrecer es trabajo y no seguro de desempleo. En otro momento habló Menem del "proceso de desmalvinización en nuestra patria" y contó lo que le ocurrió en Bariloche, cuando un ex-combatiente de Malvinas se le acercó para exponerle su triste situación y le dijo "no dejemos que nos roben esa tierra. Hagan algo además por nosotros. Nos tienen abandonados".

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