Pocos y mal avenidos

Hemos querido perdernos unos días, pero nos ha sido imposible; el teléfono no paraba de sonar". José Luis Ortíz y Nicolás Piñeiro, los dos diputados del Partido Regionalista Independiente de Madrid (PRIM), se jactaban así de la importancia adquirida de la noche a la mañana. entre Fraga y Suárez. Una carambola les ha hecho saltar a la fama. Cámaras, micrófonos, taquígrafos... Un año hace que se fugaron de AP y ya han sido capaces de interponerse en el abrazo entre Fraga y Suárez. A última hora se han decidido a tirar cada uno de su carro. Es el penúltimo capítulo de la historia rocambolesca, que ha mantenido en vilo a media España. Nunca tantos pasaron tanto por tan pocos.

"¡A ver si se ponen ustedes de acuerdo y echan de una vez a los socialistas!" A los taxistas madrileños ya no hay que indicarles dónde está la sede del PRIM. Y si les pilla de paso, se paran, bajan la ventanilla y largan lo que les viene en gana. Rafael Calvo, 3. La oficina más codiciada en los últimos días, los inquilinos más solicitados de todo el país.¿Quién había oído hablar del PRIM en abril? ¿Quiénes son los dos diputados que han tenido en vela a toda la clase política durante dos semanas?

José Luis Ortiz y Nicolás Piñeiro se conocieron en los bancos de la Asamblea de Madrid cuando el Partido Popular era todavía AP. Ambos ocuparon puestos de responsabilidad en el partido, pero su labor en la Asamblea de Madrid había pasado poco menos que inadvertida hasta que decidieron dar el paso adelante.

Ortiz fue el primero. Se dio de baja, en Alianza Popular en enero del año pasado, alegando un enfrentamiento personal con Eduardo Cortés, presidente regional de AP.

Decía así adiós a largos años de militancia y de responsabilidad en el partido, donde había llegado a desempeñar cargos importantes como la vicepresidencia de Madrid capital y la presidencia del distrito de Ciudad Lineal desde 1980.

"Un hombre de derechas"

A la hora de abandonar AP Ortiz se definió a sí mismo como "un hombre de derechas" y afirmó que votaría de acuerdo con su anterior partido siempre y cuando no se desviara del programa electoral.La fuga de Ortiz cayó como una jarra de agua helada en el partido. Su marcha quebraba el equilibrio en la Asamblea de Madrid: el centro-derecha perdía la mayoría absoluta.

Los que fueron sus compañeros de filas afirmaron sin pelos en la lengua que la fuga de Ortiz obedecía a sus serias dificultades económicas. Con el paso al Grupo Mixto se aseguraba unos ingresos anuales que, en principio, se calcularon en unos 25 millones de pesetas. La cifra se desinfló finalmente hasta los tres millones, sin tener en cuenta las dietas, que pueden ascender a otro millón más.

Ortiz, de 46 años, tiene tres hijos y está separado. Es profesor mercantil y tiene intereses en varias empresas. Su vuelta al Parlamento regional, ya rebautizado como el diputado mixto, no fue triunfal. Sus intervenciones en los plenos -"como portavoz del Grupo Mixto"- despertaban sonoras risas. "Ríanse, ríanse, ustedes, que quien ríe el último ríe mejor". Así rubricó Ortiz más de una de sus breves intervenciones.

El tiempo le dio la razón. Seismeses después, su ex compañero de filas Nicolás Piñeiro decidió hacerle compañía. Piñeiro justificó su fuga para salir al encuentro de "la conciencia regional madrileña".

Así nació el PRIM. Piñeiro, presidente; Ortiz, portavoz. Y a su alrededor un número bastante parco de militantes, reclutados en Algete, la patria chica del presidente del PRIM.

Piñeiro, de 47 años, había sido teniente de alcalde en Algete y destacado miembro de la Junta Directiva Nacional de AP. Compatibilizaba estos cargos con puestos de responsabilidad en más de una empresa.

Sus antiguos compañeros afirman que Piñeiro no es el mismo desde que murió su mujer, en vísperas de las elecciones de 1987. "Desde entonces se le notó más distante y comenzó a funcionar por sus propios impulsos".Ese distanciamiento se acrecentó notablemente con su fuga. Mientras José Luis Ortiz sigue manteniendo relaciones cordiales con sus ex compañeros, incluido Alberto Ruiz Gallardón, Nicolás Piñeiro ha procurado siempre mantener las distancias.

Como si vislumbraran lo que se venía encima, todos los partidos han coqueteado en los últimos meses con el PRIM. Los diputados mixtos tienen ya voz en todas las comisiones parlamentarias, en la Junta de Portavoces y en el consejo de administración de Radiotelevisión Madrid (RTVM).

Hace sólo unos meses el Grupo Mixto sobrevivía con cinco millones de pesetas anuales. Desde principios de año han sido equiparados al resto de los grupos parlamentarios: reciben unos 25 millones de pesetas anuales.