El arrebato de Martirio
Vamos de coplas, proponía el programa organizado por la Comunidad de Madrid. La deficiente producción en sonido y luces a punto estuvo de dar al traste con las actuaciones de Raquel, Laura, Martirio y Ketama, cuya profesionalidad disimuló los problemas técnicos.Abrió el programa Raquel, una nueva voz que interpretó clásicos de la canción española. Desconcertante, expresiva y con una sensibilidad especial para recrear temas populares, Raquel no tiene la voz habitual en la tonadilla, con un registro típico del fado portugués, pero su melancolía y personalidad sorprendieron en su presentación en Madrid. Laura fue presentada como la sucesora de Joselito, Marisol y Rocío Dúrcal. Tiene 12 años y una voz potente. Ha grabado un disco y cumplió al interpretar unos fandangos.
Vamos de coplas
Raquel, Laura, Martirio y Ketama. Teatro Albéniz. Madrid, 1 de mayo.
A Ketama parece que les van bien las cosas, tras años de penurias. Padecieron los mayores problemas de sonido y demostraron la calidad de su música, sus dotes interpretativas y la necesidad de cuidar más su espectáculo. La composición del grupo presenta un desajuste de balance entre el componente rítmico -batería, dos percusionistas y bajo- y el armónico -dos guitarras-, que resta fuerza al grupo y crea espacios en blanco que precisan un engarce más elaborado. La sensación de espontaneidad que ofrecen en sus conciertos es uno de sus atractivos, pero también un arma que puede volverse contra ellos si no mantienen el equilibrio necesario, aunque el carisma y la autenticidad de su música les permitió superar estos problemas.
Entidad única
Con solo dos discos publicados, Martirio ofrece una música original, imaginativa y absolutamente española, con una entidad única en el pop actual. Comenzó su actuación con La perla, una emocionante canción que representa como pocas el enorme atractivo de esta mujer cuando profundiza en lo más clásico de la canción española y lo expresa con un lenguaje nuevo y valiente.Por encima de peinetas, vestuario y ojos ocultos, Martirio es una magnífica intérprete y artista completa. Lo aprovecha todo para conectar sentimentalmente con el espectador, desde su voz hasta sus movimientos de cierta torpeza. Su expresiva gestualidad la permite pasar del guiño humorístico al dramatismo en una fracción de segundo, y el menor detalle -cuando levanta sus brazos y abre el abanico encima de su peineta- tiene siempre un sentido estético inigualable, que ejerce un enorme poder de fascinación sobre el público.
Martirio es una artista que ofrece ternura, se presenta sin falsedad e interpreta con emoción. Sorprende y aporta novedad al presentar a sus músicos con cariño y respeto, al introducir las canciones y cuando se queda prendida en un suspiro. Martirio alcanza sus mejores momentos cuando recoge y actualiza la esencia desgarrada y emocionante de la canción española y la expresa con el poderío de la imaginación arrebatada.
Babelia
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