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Humanista y antidogmático

Karl Popper nació en Viena en 1902. Cursó estudios de matemáticas, física y filosofía en la universidad de Viena, y en 1928 presentó su tesis doctoral y dio clases de física y matemáticas en una escuela secundaria. De esa época datan sus contactos -casi siempre polémicos- con el Círculo de Viena y su primera obra teórica, Lógica de la investigación, en la que enuncia su concepción del método científico.En 1937, abandonó Austria y se instaló en Nueva Zelanda como profesor del Canterbury College. La ocupación de su país por los nazis le hizo interesarse por la filosofía política y dio origen a su crítica del marxismo, del nazismo y de todas las filosofías sociales basadas en el determinismo, que, en su opinión, conducen al totalitarismo. Dos libros de 1945, La sociedad abierta y sus enemigos y La miseria del historicismo, recogen sus principios de liberalismo, humanismo y antidogmatismo.

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Galardón galardonado

Al final de la II Guerra Mundial, Popper aceptó una oferta de la London School of Economics and Political Science para ejercer la docencia, y en 1949 fue nombrado catedrático de Lógica y Metodología Científica de ese centro. Desde su cátedra, Popper ejerció gran influencia sobre varias generaciones de pensadores, economistas y científicos, y desarrolló su filosofía de la ciencia, basada en la renuncia a los dogmas y las certezas inconmovibles y en la práctica de la audacia especulativa, contrarrestada por la crítica y la comprobación empírica. Una obra crucial de este período es Conjeturas y refutaciones: el crecimiento del conocimiento científico, de 1962.

Desde su jubilación, en 1969, Popper siguió viviendo en Gran Bretaña y continuó su producción intelectual a través de obras como Conocimiento objetivo: una aproximación evolutiva, de 1972, o El yo y su cerebro, de 1977, escrita en colaboración con el neurólogo John Eccles. Recientemente, han aparecido sus escritos inéditos, agrupados bajo el título Postscript, en los que defiende sus tesis acerca del realismo, el indeterminismo y el objetivismo, y desarrolla su interpretación de la probabilidad como propensión.

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