La fisura de la OTAN
¿Acaso hemos vuelto al psicodrama de principios de los ochenta, cuando en lo más fuerte de la discusión sobre los euromisiles las supuestas debilidades de la República Federal de Alemania hacían temblar a sus socios occidentales? El canciller Kohl acaba de realizar algunos cambios bruscos espectaculares a los que no les falta relación con la época electoral que se va a iniciar en la República Federal de Alemania.¿Debemos atribuir a móviles electoralistas la posición que defendió en el Bundestag sobre las armas nucleares de corto alcance de la OTAN? Estas armas estánconsideradas en la RFA como antialemanas, sean éstas del Este o del Oeste. Apuntan esencialmente a los alemanes.
Se sabe desde hace tiempo que la opinión y la clase política alemana occidental, unánime en el aborrecimiento a estas armas, no comprende que éstas deban escapar al proceso de desarme en curso. Esto hay que admitirlo sin por ello ser tachados de debilidad ante la URSS.
Muchos Gobiernos occidentales están de acuerdo con esta postura, y si el asunto se ha dramatizado un poco estos días, se debe al reparto de funciones en el seno de la Alianza. La actual polémica sólo habrá sido un episodio más de las tormentosas relaciones filiales existentes entre EE UU y la RFA, que tiene ahora su crisis de emancipación. La cuestión de fondo, es decir, la revisión general de la doctrina de la respuesta flexible de la OTAN, será de nuevo pospuesta.
29 de abril
