El ruido produce daños físicos y psíquicos en el organismo humano
El ruido, además de producir la sordera y otros daños en el oído, ocasiona trastornos físicos y psicológicos en el organismo humano, según datos aportados por expertos en las Jornadas Nacionales de Acústica, celebradas esta semana en Zaragoza, que analizaron el ruido como agente contaminante.En el ámbito laboral, la situación es preocupante. La legislación española considera que para que un ruido pueda originar sordera profesional ha de superar el nivel de 80 decibelios en una jornada laboral de ocho horas de exposición. Se estima que son 1,6 millones los trabajadores españoles de industrias expuestos a ruidos de 85 decibelios, y de ellos, más de 500.000 superan los 90 decibelios. Sólo el 30% de los trabajadores afectados por el ruido usa un protector personal, afirmaron igualmente los expertos.
Por otra parte, España es, en términos generales, el segundo país del mundo, después de Japón, en niveles de ruido, a pesar de que nuestro país tiene la obligación de aplicar la normativa comunitaria para reducir el ruido en las industrias.
Javier Iriarte Irurzun, jefe de la unidad de medicina preventiva laboral de la Mutua de Accidentes de Zaragoza, presentó en el congreso una ponencia sobre los efectos no auditivos del ruido. Iriarte divide los efectos en dos apartados: fisiopatológicos y psicopatológicos.
Sistema nervioso
Entre los primeros están aquellos que afectan al sistema nervioso y al metabolismo cerebral, los efectos sobre el sistema cardiovascular y sobre el aparato respiratorio, como el aumento de la frecuencia respiratoria. El ruido ocasiona úlceras duodenales, cólicos y otros trastornos gastrointestinales; tiene efectos en el sistema sanguíneo y en el equilibrio, y altera la visión, sobre todo la nocturna.Según los expertos, existe también una relación entre el ruido y el descenso de la hormona lactógena después de las 36 semanas de embarazo, y una disminución en el peso al nacer.
Los efectos psicopatológicos causados por el ruido se refieren a sensaciones de inquietud, inseguridad, disminución de la concentración y efectividad en el trabajo, desinterés, abulia y falta de iniciativa. También ocasiona patología del sueño, agresividad, alteraciones de la personalidad y trastornos mentales. Estos efectos tienen mayor incidencia cuando el ruido no depende del control del individuo.
Andrés Lara, presidente de la Sociedad Española de Acústica, ha señalado, por su parte: "El ruido es una contaminación muy permanente que en determinadas situaciones puede ser tan peligrosa o más que el resto de los agentes contaminantes". Para Lara, "el aspecto psicológico de la contaminación por ruido puede perturbar enormemente el comportamiento de las personas, e incluso puede crear tensiones de muy alto nivel, demostradas en ejemplos como asesinatos generados por el ruido".
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