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Gorbachov puede ampliar con "una decisión especial" el poder de los reformistas

Pilar Bonet

PILAR BONET, Mijail Gorbachov, que ha conseguido el equilibrio de fuerzas más favorable de su mandato gracias a la jubilación de 110 supervivientes políticos del pasado, podría tratar de afianzarse aún más, desafiando los estatutos del PCUS con "una decisión especial" de completar el comité central a base de sectores reformistas sin convocar un congreso o una conferencia extraordinaria del PCUS. Ésta era la opinión expresada ayer a esta corresponsal por un alto funcionario comunista presente en el pleno extraordinario que culminó el martes con una inesperada jubilación masiva.

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Proceso de jubilación acelerado

El 20% de las altas esferas de partido, Comité Central y Comisión Revisora, formadas por un total de 540 funcionario, abandonaron así, como firmantes de una carta de renuncia los puestos desde donde participaban en la vida política en función de cargos detentados en el pasado. Todo ello resulta ser una inesperada jubilación masiva y oficialmente voluntaria de las "almas muertas"."El momento fue muy bien elegido", dijo el director de la revista teórica del partido Komunist, Nail Bikenin, para quien la etapa que se inicia ahora, la conversión de la perestroika en un "movimiento de todo el pueblo", exige una gran actividad.

Como miembros de pleno derecho del Comité Central, los 74 jubilados de esta institución, con independencia de que siguieran en activo o no en otros cargos, tenían voz y voto y capacidad para vetar las decisiones de Gorbachov e incluso cesarle.

Nueve miembros de pleno derecho del Comité Central no se sumaron a la petición de cese.

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Observadores políticos, sorprendidos de nuevo por la habilidad de Gorbachov, ponen en duda el carácter voluntario de la retirada que, en opinión de medios comunistas con cargos de responsabilidad en sectores de información, fue decidida tras el regreso de Gorbachov de Londres.

La iniciativa, dijo a esta corresponsal una alta fuente, partió del Comité Central y "tal vez nadie fue a recoger firmas, sino que vinieron ellos a Moscú".

La fuente se refirió a la "sección de organización del partido" del Comité Central, que depende de Georgui Razumovski, el miembro del Politburó y jefe de la Comisión de Organización y Personal del PCUS.

El "argumento más convincente" para la renuncia fue, según la fuente, "el interés del partido". No hubo mucha resistencia, aunque no a todos les gustó la medida, añadió.

Durante los debates del pleno, en los que tomaron parte 20 personas, uno de los funcionarios jubilados, A. Nochevkin, miembro del Comité Central, hizo una alusión al carácter forzado de la jubilación, manifestó uno de los asistentes al pleno.

Nochevkin, profesor en la Escuela Superior del partido en Odessa y ex primer secretario de aquella región, dijo que, antes de tomar la medida, habría que haber consultado a las organizaciones de base del partido.

Su argumento provocó la contestación de Anatoli Alexandrov, el ex presidente de la Academia de Ciencias del PCUS, quien, dirigiéndose a Nochevkin le dijo que, si no estaba de acuerdo con el comunicado, no debería haberlo firmado. Alexandrov, uno de los firmantes del mensaje de renuncia, expresó ante el pleno si sentimiento de frustración personal y profesional que le había acometido a consecuencia del accidente en la central nuclear de Chernobil.

Alexandrov fue uno de los grandes defensores de la energía atómica en la URSS.

Gueidar Aliev, ex miembro del Politburó y ex jefe del partido en Ayerbaian tomó la palabra para defenderse de las acusaciones que se formulan en la prensa contra su persona. "Su intervención fue acogida con gran silencio", manifestó la fuente.

La 'glasnost' continuará

El primer secretario de la región de Leningrado, Yuri Soloviov, que también intervino, no hizo ninguna alusión a su posible retirada voluntaria y se dispersó mucho en la búsqueda de razones para su fracaso en las urnas el pasado día 26 de marzo.

En una intervención final, Gorbachov prometió que la política de democratización y glasnots continuará en la Unión Soviética y valoró la situación económica. El líder reiteró que las elecciones habían mostrado el apoyo de la población rusa a la perestroika.

En el pleno hubo también quien pidió "mano dura" contra la oposición alegando que el partido se encuentra amenazado y debe protegerse.

Quienes intervinieron en este sentido, señalaron las fuentes, defendieron los decretos que permiten la represión de voces discordantes, tanto en la calle en forma de mítines como en los medios de comunicación y otros foros.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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