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Francfort se incorpora a las ferias de arte

Una oferta de vanguardia y artistas jóvenes en el competitivo mercado europeo

A partir del próximo viernes, un nuevo contendiente se presenta con fuerza en el para muchos ya saturado panorama ferial de arte en Europa. Tras meses de controversia, amenazas de represalias contra las galerías participantes y a caballo entre las ya tradicionales de Colonia (RFA) y Basilea (Suiza), la Feria de Arte de Francfort ha ganado la primera batalla y abre sus puertas del 21 al 26 de abril con la presencia de 205 galeristas de 14 países sobre 10.000 metros cuadrados de exhibición. A la feria acuden 10 galeristas españoles.

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En la lista de espera han quedado cerca de otros 400 aspirantes, al no haberse producido prácticamente deserciones o cancelaciones de última hora, pese a la gran polémica suscitada en el mundo del arte sobre la auténtica necesidad de este certamen y a los rumores de boicoteo desde Colonia por parte de la Asociación Alemana de Galeristas contra sus miembros si concurrían a Francfort. "También en este sentido podemos afrontar fácilmente la comparación con cualquiera de las ya establecidas ferias de arte", dice Anita Kaegi, directora y organizadora de la nueva muestra.Después de dirigir durante los 10 últimos años la Feria de Arte de Basilea, la más prestigiosa de Europa, la presencia de Anita Kaegi al frente de la de Francfort puede interpretarse como un superfichaje. Perfecta conocedora de la gran competitividad en el mercado del arte, considera necesario un plazo mínimo de tres años para saber con certeza si esta feria puede afianzarse como una de las importantes en el circuito internacional, y cita como ejemplos que no condujeron al éxito a las de Zúrich y Los Ángeles, como los más conocidos.

"La idea", dice, "surgió del Ayuntamiento y de todos los museos al pensar que la proyección internacional de la ciudad como centro financiero debería ser también cultural".

Aunque los 25 museos permanentes, la feria del libro e innumerables exposiciones hacen que la localidad presente al visitante una de las ofertas más atractivas de Alemania Occidental, la celebración anual de un gran certamen comercial de arte sería una baza estupenda para sus propósitos de convertirse en el emporio cultural y económico del país.

El énfasis de la feria estará en el ya consolidada vanguardia y en el arte contemporáneo, que alcanza el 60% del total expuesto, mientras el resto se dedica a los clásicos modernos. También estarán representados aspectos periféricos del arte moderno, cerámicas, cristal y un espacio especial para libros diseñados por artistas. Los precios de participación, que son similares a los de otras ferias de importancia, incluyen un abono para tres años por 12.000 pesetas aproximadamente y unas 8.000 pesetas por metro cuadrado de caseta expositora.

"Yo no veo en realidad toda esta historia como competencia con las otras muestras ya asentadas en Centroeuropa, sino más bien como una alternativa a éstas. Presento sobre todo a galeristas y artistas jóvenes. No me interesan los clásicos que siempre acuden en peregrinación a los mismos certámenes. Esto es precisamente gran parte de nuestra fuerza. Aquí pueden descubrirse nuevos artistas y nuevas obras, y no volver a ver lo que ya se exhibió con anterioridad" dice la directora.

También destaca como aspecto original la numerosa presencia internacional y que todas las galerías famosas presentes hayan acudido por voluntad propia y no invitadas gratuitamente para dar renombre a la feria. En total, 104 galeristas extranjeros frente 96 alemanes, "mientras en Colonia la representación del exterior es mínima y da la impresión de una feria hecha por alemanes para artistas alemanes".

En total concurren 10 galeristas españoles (tres de Barcelona, tres de Madrid, dos de Palma de Mallorca, uno de Valencia y uno de Gerona), y son la cuarta representación extranjera más numerosa, junto a la italiana.

En el grupo de España hay galerías bien conocidas en el mercado internacional, como Juana de Aizpuru, de Madrid, y Thomas Carstens, de Barcelona, junto a debutantes en el extranjero cuya experiencia ferial es nula o no pasa de Arco en Madrid, pero que, según Kaegui, "Francfort va a ser el lugar ideal, donde va a comprobarse cómo funcionan los más desconocidos".

El onirismo del Sur

La directora de la feria de Francfort opina que el gran problema para la comercialización de la pintura actual española en el mercado centroeuropeo es que "muchos pintores resultan demasiado oníricos para este público, que es incapaz de seguir el pensamiento del artista. Es algo que puede funcionar bien en el Sur, por ejemplo en Italia, pero aquí es difícil".Tampoco cree que en estos momentos haya ninguna tendencia que destaque claramente. "El año pasado todo el mundo hablaba del neo-geo como el nuevo movimiento, y finalmente no fue así y quedó en nada". Ni siquiera el nuevo arte soviético, al que considera sobrevalorado, con precios astronómicos que no son reales.

Obras de monstruos de la pintura -entre otros, Giacometti, Wharhol, Josep Beuys, Tàpies, Malinowsky, Picasso, Paul Klee, Miró- estarán a la venta en Francfort junto a valores en alza y muchos totalmente desconocidos. "El 40% son clásicos, y el 60% restante es gente nueva, pues no creo que sea posible levantar una nueva feria del nivel que se pretende que tenga ésta sólo con artistas noveles o no muy famosos, ya que entonces no sería fácil atraer a directores de museos, críticos y coleccionistas".

Entre otros artistas españoles también a la venta, figuran Chillida, Antonio Saura, Miguel Barceló, Jordi Colomer, Luis Claramunt, Víctor Mira, Jaume Barrera, Ángeles Margo, Equipo Crónica, Miguel Angel Campano, Manuel Sáez, Antonio Doménech, Charo Pradas y Joan Trujillo.

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