Barranco: "Para tirar el palacio de Lorite, el Banco de España tendría que pasar sobre mi cadáver"

El alcalde de Madrid, Juan Barranco, aseguró ayer no estar dispuesto a conceder la licencia de derribo del palacio de Lorite, en la esquina de la calle del Marqués de Cubas con Alcalá para ampliar la sede principal del Banco de España. "No conseguirán que autoricemos el derribo de Lorite. Tendrían que pasar por encima de mi cadáver, aunque mi cadáver sea magro", aseguró Barranco durante una reunión informal con periodistas. Por otra parte, en un escrito enviado a 2.000 personalidades, el alcalde da cuenta de un informe muy crítico sobre el futuro de Madrid y asume la insuficiencia de la gestión socialista para solucionar algunos de los problemas que coartan el desarrollo de la capital.

En relación con el posible derribo del palacio de Lorite, fuentes próximas a la alcaldía indicaron que, tras la decisión del Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid de retirar la protección integral al edificio, construido en los años veinte e incluido como edificio a conservar en el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid, Barranco llamó a Eduardo Mangada, consejero de Política Territorial de la Comunidad, para mostrarle la disconformidad del Ayuntamiento.Jesús Espelosín, concejal de Urbanismo, ya había anunciado que una petición del edificio de Lorite por parte del Banco de España "sería estudiada con reservas", y aseguró que su grupo estaba en contra de la descatalogación. La prueba de esta actitud la dio la semana pasada el gerente municipal de Urbanismo, Ángel Cano, que fue el único miembro de la Comisión de Urbanismo de Madrid que votó en contra de la propuesta de Mangada.

El Banco de España ha intentado derribar el palacio de Lorite, construido entre 1920 y 1924, en varias ocasiones desde que lo compró, en 1974. Con este fin, en 1978 convocó un concurso restringido para ampliar su sede, y para ello invitó a siete arquitectos. Un año después declaraba ganadora la propuesta hecha por Rafael Moneo, que supone, de hecho, la prolongación del edificio del Banco de España con la misma ornamentación.

Sin embargo, el edificio estaba protegido por el Plan Especial de Conservación del Ayuntamiento de Madrid, que se acababa de aprobar y que en 1985 fue incluido en el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid. El Banco de España recurrió contra el plan general en 1985, y la semana pasada, cuatro años después, presentó un escrito denunciando que no había recibido respuesta. Mangada, ante ello, acordó proponer la desprotección de Lorite, actitud radicalmente opuesta a la que adoptó hace ocho años sobre este tema cuando era gerente municipal de Urbanismo. Según Mangada, entonces se opuso porque acababa de aprobarse el plan de conservación y había que dar ejemplo. Hoy, con el plan perfectamente asumido, se ha valorado mejor el proyecto de Moneo que el palacio de Lorite, a pesar de reconocer los méritos del edificio.

Autocrítica

Por otra parte, Juan Barranco ha enviado una carta personal a 2.000 personalidades relaciona das con Madrid. La carta lleva anexo un documento resumen de los estudios y análisis efectuados durante un año, elaborados por la sociedad pública Promadrid En los 12 documentos redactados por Promadrid se analizan los fallos cometidos en las sucesivas etapas que ha vivido la ciudad y el fuerte deterioro de su medio ambiente y recursos naturales por mor de un desarrollo no planificado y sujeto a intereses particulares. En los estudios se recogen críticas a la insuficiencia de las autoridades municipales y regionales, sin salvar la gestión de los socialistas.En la carta del alcalde, Barranco dice: "Es posible que le sorprenda la crudeza con que se exponen algunos problemas de la ciudad. Hemos preferido que sea así porque un diagnóstico sincero resulta mucho más útil que un discurso apologético, pero, sobre todo, porque son las ciudades sanas y prósperas las que pueden permitirse el lujo de mirar sus problemas cara a cara".

"El gran esfuerzo que en los últimos años se ha venido haciendo en inversiones e infraestructuras puede verse comprometido si la sociedad madrileña no es capaz de afrontar con responsabilidad los retos que tiene planteados", dice la carta.