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George Bush pide que Israel acabe con la "ocupación" de Gaza y Cisjordania

Francisco G. Basterra

La paciencia norteamericana con Israel no es ilimitada. Éste es el mensaje subliminal -Washington no presionará abiertamente a su aliado estratégico en Oriente Próximo- que el presidente George Bush transmitirá mañana al primer ministro israelí, Isaac Shamir, durante su reunión en Washington. De hecho, la nueva Administración ya ha enviado esta señal por vía indirecta aprovechando la visita oficial a Washington el lunes y el martes del presidente egipcio, Hosni Mubarak. El presidente norteamericano pidió, tras recibir al dirigente egipcio en la Casa Blanca, el fin de la "ocupación" por Israel de Cisjordania y Gaza, y aceptó, con cautela y con matices, la posibilidad de convocar una conferencia internacional para lograr la paz en la región.

Nunca una Administración norteamericana había utilizado un lenguaje tan directo llamando a las cosas -"ocupación"- por su nombre. No existe un cambio sustancial de la política norteamericana, que, por supuesto, aún no está preparada para enfrentarse abiertamente a Israel, pero sí una insistencia en que ya no es aceptable la actitud de Shamir de ganar tiempo. El presidente considera "urgente" un acuerdo global mediante negociaciones directas. Bush, tras su "amistoso" encuentro con Mubarak, al que luego llevó -provisto de la típica gorra, el perrito caliente y la coca-cola en vaso de plástico- a un partido de béisbol, declaró que Egipto y EE UU comparten los "mismos objetivos", que contienen elementos inaceptables para Israel.El presidente, que señala que está más dispuesto que su antecesor, Ronald Reagan, a disentir con Israel, insistió en que Shamir debe intercambiar territorio por paz, idea que es rechazada de plano por el Gobierno de Tel Aviv. EE UU continúa oponiéndose a una patria para los palestinos, pero el presidente habló de lograr para ellos los "derechos políticos". Y -esto es la mayor novedad- aceptó que una "conferencia internacional, adecuadamente estructurada, puede ser útil en el momento adecuado".

Diferencias con Mubarak

Sin embargo, se matiza que .queda aún mucho camino por recorrer antes de que pueda haber un papel útil para una conferencia internacional". Aquí se produce la primera divergencia importante con Mubarak, que ha solicitado en Washington la fijación de una fecha -finales de año o principios de 1990- para convocar esa conferencia, en la que participaría también la Unión Soviética. Hasta ahora, Washington se ha mostrado reacio a aceptar ese foro internacional, ya que no quiere que Moscú recupere protagonismo directo en la región y entiende que la conferencia sustituiría el necesario diálogo directo entre Israel y sus vecinos árabes.Shamir llega a Washington con lo que denomina "ideas frescas" para sacar del punto muerto el proceso de paz en la región. Pero los árabes, e incluso en el seno de la Administración norteamericana, consideran que lo que trae el primer ministro israelí es demasiado poco y demasiado tarde.. Esencialmente, Shamir presentará en la Casa Blanca un plan de elecciones en los territorios ocupados que conduzcan a una autonomía limitada y a la elección de representantes; palestinos, no abiertamente de la OLP, que inicien negociaciones con Israel. La condición previa a este proceso interino sería la suspensión de la insurección palestina, intifada. Shamir propone posponer por cinco aflos el estatuto definitivo de los territorios ocupados. Mubarak ha dejado claro en Washington que esta propuesta es inaceptable. Los palestinos no aceptarán unas elecciones bajo supervisión israelí. Arafat, ha explicado Mubarak, aunque quisiera, no puede detener la intifada. Y la OLP es el único interlocutor válido y legítimo.

Bush pidió ayer a Mubarak, y por elevación, a Shamir, que sean "creativos" y utilicen la .imaginación" para repensar el proceso de paz. El 17 de abril recibirá en Washington al rey Hussein de Jordania, que se ha quitado de en medio, cediendo toda responsabilidad sobre los territorios ocupados. Aunque no oculta su escepticismo sobre el plan de Shamir, EE UU apoyará en principio la idea de elecciones locales en Cisjordania y Gaza. Su objetivo a corto plazo es conseguir que Israel y los palestinos -sin el sello explícito de la OLP- abran algún tipo de conversaciones. Pero Washington sugiere -lo ha hecho el secretario de Estado, Baker, en el Congreso, poniendo nerviosos a los israelíes- que éstos tarde o temprano éstos tendrán que negociar directamente con la OLP.

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