La 'perestroika' viaja al Caribe
El líder soviético, Mijáil Gorbachov, invitará a Fidel Castro a sumarse al proceso de distensión internacional y a meditar sobre las concepciones del socialismo y la revolución durante el viaje que inicia hoy a Cuba, donde es posible que formule las líneas de la política soviética hacia Latinoamérica y el Tercer Mundo en general. Ésta es la impresión de varios medios, latinoamericanos y soviéticos, consultados en vísperas del primer viaje que Gorbachov emprende a Cuba, un país que ha representado la imagen más cercana del socialismo en el Tercer Mundo.El viaje del líder soviético es un acontecimiento polifacético y delicado, ya que en él convergen distintos aspectos claves de la política de la URSS, desde lo práctico inmediato a lo global ideológico. Gorbachov y Fidel son dos fuertes personalidades embarcadas hoy en rumbos políticos distintos dentro de la comunidad socialista. Gorbachov es el artífice de la perestroika (reestructuración), que en el plano internacional se traduce en una desideologización de la política y en una sustitución de los intereses de clase por los intereses de la humanidad. Consiguientemente, el concepto de revolución y victoria de un sistema (el socialista) sobre otro (el capitalista) han dejado de ser actuales en el vocabulario político soviético.
Fidel Castro defiende una rectificación que, a diferencia de la perestroika, no incluye el factor mercado ni la diversificación del espectro político o la libertad de expresión. El líder cubano sigue fustigando al imperialismo, habla de batallas hacia el socialismo como futuro para la humanidad y ahonda en, la tesis de la crisis del capitalismo. Su discurso durante los festejos del 702 aniversario de la revolución soviética, en noviembre de 1987, tenía ya una longitud de onda diferente a la que comenzaba a imperar en la Unión Soviética, donde se habla más bien de crisis del sistema socialista y de la necesidad de abrir puertas al exterior para aprender las cosas positivas que otros puedan enseñar. Y ese otros es un concepto amplio que incluye desde Estados Unidos hasta la socialdemocracia sueca.
Gorbachov y Castro están en momentos distintos de su evolución política, pero todos los expertos creen que Gorbachov se guardará muy bien de leerle la cartilla a Castro.
Los soviéticos recuerdan cuál fue la airada reacción de Fidel tras la crisis de los misiles de 1962, cuando las superpotencias dejaron al margen a la pequeña Cuba en el arreglo de sus diferencias. De eso ha hablado públicamente el que entonces era embajador soviético en Cuba y se ha discutido a trío en un simposio dedicado a la crisis del Caribe y celebrado en Moscú a principios de este año.
"Cuba es un país que depende económicamente de la URSS, pero no políticamente", precisaba un experto soviético en el Tercer Mundo. Ambas cosas, la dependencia económica y la independencia política que mantiene vivo el ideal de la revolución en La Habana, son un problema para el Moscú que trata, por una parte, de concertar sus recursos en el desarrollo del propio país y de entenderse mejor con Estados Unidos.
La URSS acapara el 70% del volumen comercial exterior cubano y subvenciona la economía de este país con una ayuda que supone 4.000 millones de dólares anuales, según datos occidentales dados por buenos por los expertos soviéticos.
Los intereses soviéticos en Cuba pasar hoy, sobre todo, por mantener las instalaciones de observación sobre Norteamérica, opina uno de los expertos soviéticos interrogados que prefiere guardar el anonimato.
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