Dos policías y un manifestante, primeras víctimas mortales de la revuelta en Kosovo

Dos policías y un manifestante se convirtieron ayer en las primeras víctimas mortales de los violentos enfrentamientos que desde hace seis días sacuden la provincia autónoma de Kosoyo, en la República yugoslava de Serbia. Las autoridades ordenaron anoche un toque de queda para tratar de refrenar la ola ole violencia. Tres manifestantes resultaron heridos en los enfrentamientos de Podujevo entre policías y miles de miembros de la mayoría albanesa, contraria a que se recorte su autonomia.

Los dos agentes de la policía cayeron abatidos por balas de Esparadas por desconocidos durante las manifestaciones, informó la agencia yugoslava Tanjug. Uno de ellos era Jetulá Kuchia, el jefe de la policía municipal de Podujevo, a 200 kilómetros de Belgrado. Un manifestante y otro policía, cuyas identificaciones no fueron dadas a conocer de inmediato, murieron en los enfrenta mientos en Titova Mitrovica, escenario el mes pasado de tina huelga minera albanesa, según la misma agencia Tanjug.

La violencia podría recrudecerse hoy con la proclamación en el Parlamento de Serbia de, la nueva Constitución de esta República, que recorta drásticamente las competencias de Kosovo en beneficio de Belgrado.

El ministerio del Interior de Kosovo decretó anoche la prohibición de circular por las calles en grupos mayores a tres personas y ordenó el cierre de las escueÍas, universidades, cines, teatros y mercados. La prohibición total de movimiento fue impuesta así mismo, en algunas localidades a ciertas horas, tras los violentos enfrentamientos en los que los manifestantes llegaron a atacar a la policía a bordo de una máquina excavadora. La policía, que llevaba traje de combate y usaba máscaras -antigás, fue apoyada en ciertas zonas desde el aire por helicópteros que lanzaban gases lacrimógenos, según afirmaron corresponsales de Prensa.

Las localidades más afectadas por la ola de violencia fueron la capital de Kosovo, Pristina, y las ciudades de Podujevo y Titova Mitrovica, donde hasta anoche se mantenían barricadas en las calles y los manifestantes apedreaban autobuses y habían incluso conseguido bloquear el tráfico ferroviaro por algunas horas.

En medios croatas y eslovenos, muy críticos en general hacia la política de Serbia bajo el líder comunista Slobodan Milosevic, se dan escasas probabilidades a un levantamiento masivo de los albaneses en contra de la política de Belgrado. Desde hace días, fuentes oficiales yugoslavas han informado sobre disparos contra la policía por parte de manifestantes albaneses, pero hasta ayer no se produjeron las primeras víctimas mortales. Aunque la tensión es máxima en la provincia de Kosovo, la presencia militar y policial es tan masiva que las posibilidades de protestas generalizadas son muy escasas, según se subraya en Zagreb y Liubliarta.

Sin embargo, también resaltan dichas fuentes que los albaneses rechazan categóricamente la nueva Constitución serbia y que ésta se ha convertido, ya antes de entrar en vigor, en un gravísimo obstáculo para la convivencia en Yugoslavia. Nunca podrá ser una ley reconocida por todas las partes que facilite el diálogo y la convivencia entre las etnias.

Los albaneses están convencidos de que la política de Milosevic tiene como objetivo arrebatarles todos los derechos culturales y políticos que han ostentado como nacionalidad en Yugoslavia y convertirlos en ciudadanos de segundo orden bajo hegemonía serbia.

Por ello, aunque no puedan protestar en un futuro inmediato debido a la presencia de las fuerzas de seguridad en toda la región, "la violencia ya está programada", según un periodista esloveno.