Conocer Alemania

Hace años lo pienso y una vez más se confirma. Bajo la interpretación de su diario subyace nada más que la siguiente alternativa: democrático = bueno, antidemocrático = malo. Esto, aplicado al periodismo actual, no tendría por qué sorprender, pero cuando se extiende al análisis histórico los resultados no son de recibo.Víctima predilecta de este simplismo maniqueo es el muy propicio y facilón problema alemán. Yo les rogaría que abandonaran esta línea de comic de los años cuarenta. Moléstense un poco y conozcan Alemania y los alemanes de hoy y de siempre, actualicen su documentación, y esos manidos tópicos de siempre dejarán de intoxicar la ein stellung (idea, postura) de la imaginación popular sobre la historia alemana. Yo les aseguro que conozco Alemania y no pasa día sin que hable con algún terrible y peligroso alemán. Resulta pavoroso confirmar la masa de mediocres artículos seudohistóricos que se publican. Ingenuamente pediría un poco más de respeto por la historia y los historiadores para no enturbiar más el horizonte de la historiografía. Y ustedes, tan defensores siempre de todos los derechos, no olviden que los alemanes de hoy no van a renunciar al deber de recomponer una vez más un Estado que sangre, sudor y lágrimas les costó crear. Y esto no es necesariamente cuestión de águilas-