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Los 'versículos satánicos' de Felice Schwartz

Una empresaria pide discriminaciones laborales para sacar el máximo rendimiento a las ejecutivas

Francisco G. Basterra

Las feministas norteamericanas, que creían que ya estaba superada la opción entre trabajo y familia, están que echan las muelas. Los hombres y las empresas asisten nerviosos a la gran polémica provocada por una mujer de 64 años de edad llamada Felice Schwartz y propietaria de una empresa de estudios, la cual, a su pesar, se ha convertido en la Salman Rushdie del fundamentalismo feminista con su herética propuesta de que las mujeres que tienen hijos sean tratadas de manera diferente a los hombres dentro del mundo empresarial.

Felice Schwartz sugiere la creación por las compañías norteamericanas del carril maternal para sus empleadas que quieran compaginar la carrera profesional con la familia. Habría otra categoría de mujeres ejecutivas, "primariamente" interesadas en la escalada ejecutiva.Éstas serían las que, abandonando todo estorbo familiar, capaces de competir de igual a igual con el hombre. Mientras que para las primeras quedarían los escalones intermedios, ejecutivas de medio pelo, y salarios más bajos. Una promoción más lenta, que cambiarían gustosas por más tiempo para dedicarse a labores maternales y familiares.

La propuesta de Schwartz, una respetada profesional que, paradójicamente, tiene una empresa de estudios en Nueva York, Catalyst, dedicada a promover la idea de que las mujeres pueden llegar tan alto como los hombres en el competitivo mundo de los negocios, ha provocado furor entre la mitad femenina de Estados Unidos. Inmediatamente se ha abierto un debate nacional que ha colocado la idea en la portada de Business Week, el principal semanario económico, en primera página del New York Times y en los telediarios nacionales.

Los versículos satánicos de Felice Schwartz aparecieron en una publicación seria, profesional y nada dada al escándalo. El número 89, de enero-febrero, del bimensual Harvard Business Review. En esta revista de la prestigiosa Escuela de Administración de Negocios de la primera universidad del país -uno de los principales semilleros de los mejores ejecutivos del capitalismo yanqui- aparecía el polémico articulo bajo el escasamente tentador título de Mujeres ejecutivas y los nuevos hechos de la vida.

Para. interesadas o interesados en España, la revista de negocios de la universidad bilbaína de Deusto reproduce los contenidos de la Harvard Business Review.

"El coste de emplear mujeres en el mundo empresarial es mayor que el coste de emplear hombres". Así comienza el trabajo que ha abierto un debate nacional. Su autora defiende que las ejecutivas son diferentes que los hombres porque muchas en algún momento tendrán niños y trabajarán menos horas o se comprometerán menos con sus empresas mientras éstos son pequeños.

¿Madres o triunfadoras?

Esta realidad, explica, debe ser afrontada y reconocida por las empresas si no quiere pagar un coste muy alto. En caso contrario se invertiría mucho en promover a este grupo de mujeres para los cargos mejores, con el peligro de que el esfuerzo no sea rentable porque las madres, eventualmente, no pondrían toda la carne en el asador ni las horas necesarias para alcanzar las cimas de la companía. Schwartz pide que se admita esta realidad y se cree el carril mamá en vez de castigar a las mujeres profesionales que quieran también un "compromiso sustancial" con su familia.Así, argumenta, el mundo empresarial norteamericano no perderá la posibilidad de emplear la mitad del talento y de la competencia del país que no es varón. Para mantenerlo le ofrecerá incentivos en forma de horarios flexibles, excedencias de hasta cinco años, y al final tanto las empresas como las mamis trabajadoras saldrán ganando. Éstas podrán continuar con su profesión sin optar por el hogar. La demografía apoya su teoría, dice Felice Schwartz, ya que se calcula que el 65% de los nuevos trabajadores en la próxima década serán mujeres.

Felice, que se tomó una excedencia de ocho años para criar a tres hijos y luego volvió al mundo profesional, escribe que "la mujer de carrera y familia está dispuesta a cambiar las presiones y las exigencias que acompañan a la promoción profesional por pasar más tiempo con sus hijos. Es inteligente, tiene talento, está comprometida con su carrera y está satisfecha de permanecer en un nivel intermedio al menos durante unos años".

Porque esta segregación implica que por la pista maternal sólo se alcanzan puestos de nivel medio. Son muchos los que admiten que Schwartz no está proponiendo nada "blasfemo", sino simplemente reconociendo una realidad: la división que ya hacen hoy las empresas entre "madres" y "triunfadoras", admitiendo que el hecho de tener hijos cierra en la práctica la posibilidad de acceder a los cargos directivos. La supermujer, liberada mentalmente para rendir al 100% en el trabajo y perfecta madre y ama de casa al mismo tiempo, no existe. Y las que lo intentan acaban reventadas física o psicológicamente.

La presidenta de la Organización Nacional de Mujeres (NOW), el más fuerte grupo feminista de EE UU, Molly Yard, ha irrumpido en la polémica de la mommy track con un argumento de lógica aplastante. "Lo que tenemos que hacer es presionar para que a los hombres se les permita este mismo tipo de flexibilidad profesional".

Pero la historia, a pesar de los avances, es terca. Existen empresas norteamericanas de primer nivel que ofrecen excedencia maternal a los padres. ¿Y cuál es la respuesta? Un holding financiero de Carolina del Norte, NCNB, propuso el pasado año a sus 14.000 empleados horarios flexibles para conciliar mejor sus necesidades familiares. Ni un solo hombre se acogió a la oferta. Patricia Goolsby, de 39 años, vicepresidenta de la companía, no lo dudó.

Horarios flexibles

Con la polémica propuesta, claman las críticas, usted, al advertir que las mujeres somos más caras, obstaculizará que nos empleen y que seamos promovidas. Está diciendo que enfrentadas a la maternidad y a la familia no tenemos lo que hay que tener para aguantar la presión y las más de diez horas que lleva normalmente aparejado un sillón de alto ejecutivo. Las empresas nos dejarán a un lado, y no por una inferior capacidad profesional.En una reciente encuesta, el 54% de las mujeres con un trabajo a tiempo completo afirma que cuidar a los niños es su responsabilidad, mientras que sólo un 2% de los hombres asegura lo mismo.

En este país, empresas punta como IBM o Dupont están experimentando ya con trabajo a tiempo parcial o desde casa, horarios flexibles y excedencias para acomodarse a la creciente población profesional femenina. Un portavoz del gigante químico Dupont asegura que "el mundo empresarial tiene que ser suficientemente flexible para permitir, tanto a hombres como a mujeres, equilibrar sus vidas entre el trabajo y la familia como cada uno elija".

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