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Sobrevive la niña que nació con 400 gramos a los cinco meses de gestación

María Soledad Molina cumple hoy 20 días. Nació en Mérida a los cinco meses de gestación con 400 gramos de peso. Sus padres esperaban un aborto, y los médicos certificaron su muerte. Poco después empezó a respirar espontáneamente. Su expectativa de vida es incierta, pero ya ha roto las estadísticas de supervivencia en prematuros.

Catalina Molano, embarazada de 22 semanas, sintió molestias el día 28 de febrero y fue ingresada en la residencia sanitaria de Mérida a causa de lo que se suponía un aviso de aborto. Recibió tratamiento para mantener la gestación, pero en la madrugada del día 3 se precipitó el parto.Dio a luz el feto de una niña con una talla aproximada de 22 centímetros que tenía la piel de color azulado y no respiraba ni presentaba signos externos de vida. El ginecólogo encargado y el padre de la criatura, José Molina, firmaron el certificado de necropsia, mientras la mujer era conducida a reanimación.

Quince minutos después, la niña empezó a moverse por sí sola. Vivía. El siniestro certificado fue a parar a la papelera, y María Soledad, ante el asombro de todos, fue instalada en la incubadora.

Desde entonces ha perdido 15 gramos de peso, algo que suele ser habitual en los primeros días de vida, pero su estado es aceptable y no presenta los típicos problemas respiratorios o infecciosos que suelen provocar la muerte a las pocas horas en la mayoría de los casos similares.

Sordomudos

En opinión de los portavoces del hospital, María Soledad tendría posibilidades de sobrevivir si no surgen complicaciones hasta que alcance los 1.000 o 1.500 gramos de peso. Las estadísticas juegan en su contra: el índice de mortalidad en los recién nacidos con menos de 750 gramos es del 90%, y por debajo de 500 gramos el porcentaje de muerte se eleva casi hasta el 100%.Tan sólo existe el precedente de una persona nacida en condiciones similares que sigue con vida. Se trata de una niña que nació hace algunos años en Los Ángeles con 22 semanas de gestación y 480 gramos de peso. Su nacimiento reabrió entonces en la sociedad estadounidense la polémica entre partidarios y detractores del aborto.

"Es un aborto que vive", dicen los ginecólogos que identifican como tal a "cualquier feto con menos de 500 gramos, y las leyes permiten el aborto hasta la semana número 22 en la mayoría de los países".

Sus padres son dos jóvenes sordomudos, con problemas económicos y sin vivienda. Algunos familiares han relacionado el estado de ansiedad de la madre como causa del adelanto del parto. Estas circunstancias provocaron un alud de pujas económicas por conseguir fotografías de la pequeña. Pero sus padres decidieron que su hija no es materia especulativa, y de acuerdo con la dirección del hospital abrieron las puertas gratuitamente a los fotógrafos.

Las posibilidades de supervivencia de María Soledad Molina son nulas, porque su cuerpo está inmaduro, según Gradys Yep, neonatóloga del hospital infantil del Niño Jesús de Madrid.

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