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COMUNICACIÓN

La publicidad no podrá rebasar el 15% de la programación global de las televisiones europeas

La presidencia española de la Comunidad Europea (CE) cosechó ayer un éxito al conseguir que los doce aprobaran por mayoría las normas comunes que regirán la televisión sin fronteras en el Viejo Continente que desde hace tres años se esforzaban en vano en adoptar. Cansado, pero visiblemente satisfecho, el presidente del Consejo de Ministros, el secretario de Estado español Pedro Solbes, declaró ayer de madrugada, al término de 12 horas de reunión, que "podemos, por fin, decir al hombre de la calle que hemos sentado las bases para la liberalización de la televisión".

, El compromiso político alcanzado, que deberá ser afinado en el próximo Consejo de Ministros encargados de la preparación del mercado único, en abril en Luxemburgo, permite, como recalcó el comisario europeo responsable de asuntos audiovisuales, Jean Dodelinger, disponer "de una punta a otra de Europa de una misma legislación sobre difusión de programas de televisión".La pieza clave del acuerdo, que quedó apalabrada en una anterior reunión celebrada en febrero, prevé que los canales de televisión transmitidos por satélite o por cable deberán contener "cuando sea posible" una proporción mayoritaria de programas europeos, incluidas las producciones de países democráticos no comunitarios del viejo continente, pero no así las del este de Europa.

Si se exceptúan los telediarios, las retransmisiones deportivas, el teletexto, los concursos y la publicidad, un 70% de los programas difundidos por los canales comunitarios son de origen no europeo, mayoritariamente norteamericano, y el objetivo inicial de la Comisión Europea y de algunos Estados miembros, como Francia, era conseguir que en 1992 ese porcentaje quedase reducido al 40%. Pero no lo lograron.

La ministra francesa Edith Cresson reconoció haber aceptado el acuerdo a regañadientes y tuvo que conformarse al final con incluir en el texto una cláusula de "no retroceso" que estipula que las cadenas cuyos programas se compongan actualmente de una proporción de producciones europeas inferior al 50% no podrán reducir aún más el tiempo que consagran a obras de ficción fabricadas en el viejo continente.

Interrupción de películas

Otra vertiente del acuerdo concierne a la publicidad, que no podrá rebasar el 15% de difusión global, aunque en las horas punta podrá alcanzar el 20% (12 minutos). Los largometrajes, que no deberán ser proyectados antes de que hayan transcurrido dos años desde su estreno, sólo podrán ser interrumpidos cada 45 minutos, y nunca en los 20 últimos minutos de la película, mientras los telediarios y documentales podrán padecer cortes cada media hora.

Para proteger a sus televisiones locales, muchas de ellas en manos de Silvio Berlusconi, Italia consiguió que estos límites no se les apliquen. La misma exención beneficiará a las televisiones autonómicas españolas, pero no a TVE, porque su primer canal transmite por satélite, mientras el segundo debería hacerlo este mismo año, según anunciaron sus directivos.

La vigilancia del cumplimiento del compromiso alcanzado por los doce incumbe a la Comisión Europea, a la que los ministros encargaron también la elaboración de propuestas para fomentar a la industria cinematográfica europea, pero no está claro si podrá llevar a los infractores ante el Tribunal de Justicia de la CE. La delegación gala interpretó que tenía esa facultad, mientras británicos y daneses opinaban lo contrario.

El excesivo papel atribuido al órgano ejecutivo comunitario motivó el voto de Dinamarca en contra del acuerdo. La República Federal de Alemania también se pronunció de forma negativa, porque deseaba que las producciones del Este fuesen consideradas como europeas. Bélgica, por último, se opuso porque deseaba que las televisiones transfronterizas abonasen a lo; productores cinematográficos belgas una cierta cantidad a cambio del derecho a ser captados en el país.

El compromiso logrado ayer facilitará, a su vez, la consecución de un acuerdo sobre la misma materia entre los 22 países miembros del Consejo de Europa.

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