Expectación en Chile ante la posibilidad de reforma constitucional
El régimen militar chileno celebra hoy el octavo aniversario de vigencia de la Constitución de 1980 con una ceremonia en el edificio Diego Portales, sede de la Junta de Gobierno, en la que el único orador será el general Augusto Pinochet.La celebración, rutinaria en otras oportunidades, está ahora marcada por la expectativa de que Pinochet anuncie un plebiscito para reformar la Constitución antes de la elección presidencial de diciembre y un plan político para los últimos 12 meses que estará en el poder de no mediar imprevistos. En la víspera del aniversario, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) acordó un llamanúento a huelga general el 18 de abril, para exigir la libertad de sus dirigentes deportados.
La posibilidad de una reforma constitucional fue abierta en febrero por el ministro del Interior, Carlos Cáceres, quien sostuvo que hay "suficientes motivos" para hacer cambios y que, de ser así, habrá un plebiscito antes de julio. Trascendió que el régimen analizará acortar el próximo período presidencial de ocho a cuatro años y derogar inhabilidades de funcionarios del Gobierno para ocupar,cargos parlamentarios. El Registro Electoral declaró que puede organizar un referéndum antes de la elección de diciembre.
Pinochet, que gusta del suspense, cuando fue consultado sobre el anuncio de un plebiscito, dijo: "Puede ser; como todas las cosas de: la vida, nada está sujeto a lo imposible. Lo único imposible es salvarse de la muerte". En los días previos al 11, Pinochet se reunió en dos ocasiones con la Junta de Gobierno y su Gabinete, adernás del cuerpo de generales y 500 oficiales del Ejército. Dijo a los oficiales que nunca pensó perder el plebiscito de octubre y atribuyó la derrota a mal trabajo y "exceso de confianza" de sus partidarios y a la ayuda econónÍca que la oposición recibió desde otros países.
Los políticos fueron sorprendidos por el anuncio de un posible plebiscito, después de que, a principios de año, el régimen cerré las puertas a un diálogo con la oposición para reformar la Constituc'ión. Dirigentes de la concertación de partidos opositores dudan de que, repentinamente, tras 16 años de dictadura, Pinochet haga reformas con vocación democrática que tomen en cuenta las protestas claves de la oposición: facilitar los mecanismos de reforma constitucional, un Parlamento íntegramente electo, derogación de la proscripción ideológica y eliminación de la supremacía militar en el Consejo de Seguridad Nacional.
Los 12 meses de gobierno que Pinochet inicia hoy serán un dificil período de gracia, concedido por la Constitución -pese a su derrota en el referéndum de octubre- para organizar la elección parlamentaria y presidencial. La CUT ya puso un primer obstáculo al régimen.
La central acordó por unanimidad de sus bases una huelga general el 18 de abril, para exigir la libertad de Manuel Bustos y Arturo Martínez, presidente y vicepresidente de la CUT, deportados en provincias desde noviembre, protestar contra la privatización de empresas estatales y los despidos de trabajadores después del plebiscito.
Aunque Pinochet dijo en una reciente gira que no puede ser candidato en la elección presidencial, el general desea conservar una fuerte influencia política. Incluso advirtió a sus partidarios: "Ya les voy a decir a quién debemos apoyar" como candidato presidencial, -provocando críticas unánimes en la derecha, que desea elegir su representante con cierta independencia y no como si fuera un heredero de Pinochet. Y agregó: "Si fracasamos en las elecciones de este año, yo vuelvo al Ejército y ahí seguiré al pie del cañón".
La Constitución le garantiza que puede permanecer como jefe del Ejército con el siguiente Gobierno, integrante del Consejo de Seguridad Nacional y senador designado.
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