Ser, no ser y parecerlo

Este año se conmemora el centenario del nacimiento de dos de las figuras más importantes del pensamiento europeo de nuestro siglo a partir de la I Guerra Mundial. Martin Heidegger y Ludwig Wittgenstein vivieron una Europa convulsa en muchos sentidos y desarrollaron sus ideas por caminos muy distintos. Sin embargo, en ambos casos, la vida y la obra, sus actitudes vitales y la estructura de su pensamiento han sido objeto de polémicas con defensores y detractores. Heidegger y su adhesión al nazismo, Wittgenstein y su excéntrica vida de leyenda, siguen despertando discusiones. Hoy empieza en Madrid un coloquio internacional titulado Los límites de la filosofía.

La publicación del libro del chileno Víctor Farias Heidegger y el nazismo desató una polémica que enfrentó a especialistas franceses, alemanes, ingleses e italianos, y ocupó numerosas páginas en los medios de comunicación. Los debates se escucharon incluso en Estados Unidos, donde se había despertado un nuevo interés por las ideas del filósofo alemán, después de unos años en que parecía postergado.Si después del silencio de Heidegger con respecto a los lazos que le unieron al movimiento nazi hubo quienes defendieron su posición como un breve coqueteo que terminó en pronta desilusión, en las páginas escritas por Farias se encontraron con documentos que prueban vínculos profundos con las ideas básicas del nazismo.

Para algunos, el problema no es establecer si Heidegger fue nazi o no sino demostrar si su actitud política fue una consecuencia de su pensamiento. En el coloquio que se inicia hoy en Madrid participarán estudiosos de la obra de Heidegger, como Karl-Otto Apel (universidad de Francfort), Otto Pöggeler (Bochum), Hugo Ott (Friburgo), Luc Ferry y Alain Renaut (Lyón), Vincenzo Vitiello (Salerno), el muniqués Peter Sloterdijk y el director de la revista Der Spiegel, Rudolf Augstein.

La filiación nazi de Heidegger es tema de algunas de las ponencias, que no excluyen de la discusión filosófica la actitud política o vital del autor de Ser y tiempo. Quienes hablarán sobre Wittgenstein, menos presionados por la polémica, abordarán diversos aspectos de su compleja obra, sin eludir la singular vida del pensador.

Wittgenstein fue un nómada del pensamiento. Rechazó la comodidad económica que se le ofreció en herencia y optó sucesivamente por vivir aislado en una cabaña en Noruega, enrolarse como voluntario en el ejército austriaco, estudiar filosofía en Cambridge, ser jardinero en un monasterio, profesor de escuela en diversas aldeas y rodearse de un selecto grupo de estudiantes, que fueron los que pudieron rescatar la mayor parte de su obra inédita. Luego volvió a retirarse a una cabaña en la costa irlandesa, y murió en Cambridge en 1951.

Wittgenstein tuvo también un biógrafo póstumo, William W. Bartley, que rastreó minuciosamente su huella y no escatimó esfuerzos en contactar con quienes compartieron las experiencias homosexuales del autor del Tractatus logico-phdosophicus.

David Pears, de la universidad de Oxford, hablará sobre él el miércoles 8. Disertarán también Isidro Reguera (universidad de Extremadura), Alfonso García Suárez (Oviedo) y Luis M. Valdés (Murcia). Las sesiones se desarrollarán en el paraninfo de la facultad de Filosofía de la universidad Complutense, y por las tardes, en el Instituto Alemán de Madrid.