Isótopos en la clínica

En relación con el artículo publicado el día 15 de febrero sobre Irregularidades en las instalaciones radiactivas de la clínica Puerta de Hierro, como director de este centro quisiera puntualizar:Se habla de manipulación de material radiactivo por personal no autorizado, lo cual no se ajusta a la realidad. En el momento actual, el centro cuenta con 15 licencias de supervisor de instalaciones radiactivas y 12 de operador. Ello no quiere decir que el resto del personal no esté capacitado para la manipulación de materiales radiactivos, ya que ha superado los exámenes de los cursos homologados por el Consejo de Seguridad Nuclear y ha recibido el diploma correspondiente. Lo que ocurre es que no han pagado las tasas o está la licencia en vías de trámite administrativo. En los hospitales del Insalud hay un elevado porcentaje de personal sanitario con contratos temporales y, desde el punto de vista administrativo, no se les suele facilitar el pago de la licencia hasta que no forman parte de la plantilla del centro, ya que una licencia es sólo válida para una instalación radiactiva determinada.

Respecto a la realización de tratamientos con materiales radiactivos en habitaciones no autorizadas conviene señalar que el número de enfermos tratados con relación al de pacientes estudiados en el servicio de medicina nuclear es muy pequeño, ya que, sobre un total de unos 30.000 pacientes al año, sólo 120 son sometidos a tratamiento con material radiactivo. Las exploraciones con isótopos radiactivos

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que se efectúan por término medio a cada paciente son de cuatro a cinco, lo que supone un total de unas 120.000 exploraciones al año, lo que hace que el porcentaje de acciones terapéuticas sea de 0,01%. Tales porcentajes son muy similares en la mayoría de los servicios de medicina nuclear que realizan acciones terapéutícas, pero hay hospitales que, por, carecer de un lugar adecuado, nos remiten sus pacientes.

Todos los que tenemos responsabilidad en este hospital hemos creído que no podíamos negarnos a tratar a enfermos con procesos serios a los que se podía salvar la vida porque aún no dispusiéramos del lugar perfecto para estos tratamientos. Por supuesto, al mismo tiempo se iniciaron nuevas, construcciones para disponer de tales lugares, estando dispuestas para ser entregadas en fecha próxima. En todo momento, los servicios de medicina nuclear y de protección radiológica están valorando el riesgo-beneficio, incrementándose el control y la dedicación del personal sanitario que suple con celo profesional las carencias posibles. Para no evadir nuestras responsabilidades médicas hemos buscado medidas alternativas que, si bien exigen mayor incomodidad y dedicación, no privan a los pacientes, por motivos burocráticos, de un indudable beneficio terapéutico. Es la misma actitud de ayuda consustancial con el médico, que nos lleva a ingresar en los sobrecargados servicios de urgencias a enfermos que tienen que acomodarse momentáneamente en sitios que no les corresponden.

Como resumen, afirmo de nuevo que en ningún momento ha existido riesgo por el manejo de materiales radiactivos en nuestro hospital ni para los pacientes ni para el personal sanitario encargado de su diagnóstico y tratamiento.- José María Segovia de Arana.