Almeyda, tras la unidad de los socialistas chilenos

Clodomiro Almeyda, secretario general de uno de los dos partidos socialistas de Chile, confía en alcanzar la unidad socialista antes de las elecciones del próximo mes de diciembre, aunque admite que la convocatoria "crea problemas adicionales, porque el actual sistema electoral chileno está hecho para dificultar el entendimiento".

Almeyda está convencido, asimismo, de que la oposición llegará a un acuerdo para presentar un único candidato que se enfrente al de las fuerzas que sostienen al Gobierno del general Augusto Pinochet. No se atreve a pronosticar, pero avanza que en las elecciones "lo normal sería una victoria bastante nítida de la oposición, mayor que en el plebiscito".El ex ministro de Asuntos Exteriores de Salvador Allende se encuentra en París "para cumplir el compromiso moral que tenía con las autoridades francesas y con la gente del Partido Socialista", que se destacaron por su ayuda cuando estuvo preso en Chile. Almeyda se ha entrevistado con el presidente de la República, François Mitterrand, y con el de la Asamblea Nacional, Laurent Fabius. Su visita a España durante esta gira europea depende de la concesión de la entrevista solicitada al presidente del Gobierno, Felipe González, cuyo partido, el PSOE, apoya a los socialistas de Ricardo Núñez.

Ordenar a la izquierda

Una división con la que Almeyda quiere acabar "antes de las elecciones, porque es muy importante para ordenar más el cuadro de la izquierda la presencia de un PS fuerte y unido". "Creo que facilita mucho el proceso de consolidación democrática, y la verdad es que hay condiCiOnes como para que se produzca la integración, por que en relación al actual momento político chileno, a la manera cemo definimos la transición o en cuanto a la política de alianzas, tenemos prácticamente los mismos puntos de vista. Los elementos más bien de carácter ideológico que nos diferenciaban han ido perdiendo relevancia. Teniendo objetivos finales idénticos es lógico pensar en una integración, para la que se mantienen conversa ciones". Una de las diferencias es la distinta relación con los comunistas, que apoyan a la misma formación política que Almeyda en las próximas elecciones. El dirigente socialista opina, sin embargo, que "los cambios en el partido comunista han hecho disminuir la entidad de esas divergencias". "Creo que todos estamos de acuerdo", precisa, "en que, la unidad socialista debe hacerse en el marco de la izquierda". Los problemas ven drían más bien por la rigidez del sistema electoral, que impide los pactos, y por la adscripción actual de los dos partidos socialistas a agrupaciones electorales distintas creadas para sortear la prohibición de los partidos. "Los socialistas de Núñez están en un partido instrumental que se llama Partido por la Democracia, y nosotros, en otro llamado PAIS, pero se puede llegar a arreglos". "Va mos a superar eso", asegura un Almeyida "razonablemente optinlista" debido a la "fuerte voluntad política unitaria" que existe en las direcciones y sobre todo en las bases.

Desde la derrota de Pinochet en el plebiscito, Almeyida observa "una sensibilidad de la población muy diferente, una disminución del miedo y un mayor espacio de libertad". Pero nosotros nunca pensamos que una derrota de Pinochet iba a provocar un derrumbe del régimen, salvo que se hubiera producido una derrota aplastante, que no era previsible".

La continuidad de Pinochet

Tampoco le ha sorprendido la continuidad del general, porque la renuncia "no está en la lógica de los dictadores". Pinochet acaba de declarar que no se presentará a las elecciones, pero que vigilará el proceso democrático desde su continuidad al frente de las fuerzas armadas. Ante esta advertencia, Almeyida recuerda que "la Constitución política actual en Chile es antidemocrática, ya que fue elaborada para perpetuar el régimen militar". "De ahí", explica, "que el principal objetivo nuestro, más que elegir nuevas autoridades, es que el pueblo se pronuncie contra la Constitución".Para los socialistas de Almeyda, el principal objetivo del Gobierno de transición debe ser "transformar la Constitución, dictar otra y convocar elecciones libres, sin limitaciones". El segundo objetivo es dar un giro social. "La economía chilena está en condiciones de soportar un viraje social sin el temor de que se produzca un proceso inflacionario. La política del Gobierno ha llevado a ese resultado, que nos favorece. De manera que con una política económica prudente se puede producir un cambio y aumentar el gasto público en salud y educación, que están muy mal ahora".