Mueren dos estudiantes en Valencia por una enfermedad parasitaria
La muerte de dos estudiantes del instituto de Formación Profesional de Alberique (Valencia) ha obligado a la Consejería de Sanidad de la Generalitat valenciana a adoptar medidas para combatir la aparición de un brote de leishmaniosis en esta localidad de 8.600 habitantes de la comarca de La Ribera Alta.
El conocimiento público de la aparición de la enfermedad ha generado una considerable alarma entre los padres de alumnos del centro, cuyo consejo escolar recibió ayer explicaciones por parte de las autoridades municipales y sanitarias.
La leishmaniosis es una enfermedad parasitaria endémica de la cuenca mediterránea, aunque no resulta muy habitual. Los perros y, en menor medida, las ratas son los animales portadores de la misma, que las picaduras de los mosquitos transmiten a los humanos. En el periodo comprendido entre los meses de enero a octubre del año pasado se diagnosticaron 80 casos de leishmaniosis en toda España.
La detección de la enfermedad se produjo, según explicó ayer a este diario la doctora Carmela Moya, jefa del Servicio de Epidemiología de la Consejeria de Sanidad, hace poco más de una semana, cuando el médico de Alberique notificó el fallecimiento de un joven de 17 años cuya patología se diagnosticó posteriormente como propia de la leishmaniosis.
Las investigaciones realizadas por Sanidad detectaron la muerte, por causas diferentes, en mayo del año pasado, de otro estudiante de la misma edad que, sin embargo, presentaba también los síntomas de esta dolencia, "Normalmente esta enfermedad no provoca la muerte", dijo la doctora Moya, que explicó que la leishmaniosis tiene un período de incubación que va de unos meses a los dos años.
Secadero de excrementos
El director del instituto, Salvador Bellver, declinó ayer realizar declaraciones, a la espera de la reunión del consejo escolar prevista para última hora de la tarde. Las medidas adoptadas por Sanidad, que fueron explicadas al Ayuntamiento y a los responsables del instituto, consisten en el establecimiento de mecanismos para el diagnóstico precoz de los posibles casos y su notificación; el control veterinario de los perros y la captura de aquellos animales que se encuentren abandonados; el tratamiento con insecticidas de las dependencias del instituto y la zona próxima, en la que existen numerosas acequias y solares; y la eliminación de un secadero de excrementos ubicado en las proximidades del centro, así como de aguas estancadas y vertederos incontrolados.Finalmente, las autoridades sanitarias han previsto que, dentro de unos meses, cuando aumente la temperatura, se proceda a la fumigación con avionetas para impedir la aparición de mosquitos.
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