La Fundación Miró obtiene 328 millones con la subasta de 305 obras del pintor
Un japonés adquiere dos aguafuertes por un importe global de 26,5 millones
La subasta de 305 piezas de Miró realizada ayer en Barcelona proporcionó beneficios brutos de 372.542.000 pesetas, de los que, descontada la comisión de un 12% que cobra sociedad subastadora Sotheby's España, queda para la Fundación Miró un total de 328 millones de pesetas. A esta cantidad deberán restarse aún los gastos ocasionados por la organización de la subasta. El aguafuerte Sonambule fue adquirido por 13,5 millones de pesetas, que es el precio más caro jamás alcanzado por una obra gráfica del pintor Joan Miró.
El aguafuerte-aguatinta Sonambule, de 1974, salió a subasta con el precio de 2,4 millones de pesetas y alcanzó el precio de 13,5 millones. Adquirido por teléfono, fue comprado por un empresario japonés, de quien sólo se sabía ayer el apellido, Nakata, y que pertenece a la empresa Diamond Rissord. El mismo comprador adquirió poco antes Equinoxe, un aguafuerte-aguatinta en color de 1967, firmado a lápiz por Joan Miró, por el precio de 13 millones de pesetas, que ya supuso en aquel momento el récord de precio alcanzado mundialmente por una obra gráfica de Miró. La pieza, una de las más esperadas de las 305 subastadas ayer por la Fundación Miró, salió con un precio inicial de tres millones de pesetas.Aparte de estos dos mencionados se subastaron algunos aguafuertes en 1.500.000 pesetas, 2.700.000 y 2.900.000 pesetas. El precio mínimo obtenido por un aguafuerte fue de un millón de pesetas. La litografías, que salieron con un precio inicial de 200.000 pesetas, se vendieron en 360.000, 400.000 e incluso alguna alcanzó las 825.000 pesetas.
Los responsables de la Fundación Miró, el presidente del patronato, Eduard Castellet, y la directora, Rosa Maria Malet, asistieron a la subasta, al igual que los nietos y el yerno de Joan Miró, con el sentimiento contradictorio, según manifestaron a este diario fuentes de la fundación, de la tristeza de tener que vender parte del fondo de la entidad y la satisfacción de comprobar el interés que despertaban las 305 obras de Miró.
Las piezas subastadas, que han estado expuestas en la sede de la fundación desde el día 16 de febrero hasta anteayer. En el hotel Ritz, donde se realizó la subasta, dirigida por el responsable de Sotheby's España, Edmund Peel, se instalaron 10 teléfonos con línea directa para que pudieran realizarse las pujas y compras por teléfono. Prácticamente todos los compradores prefirieron quedar en el anonimato y realizaron las pujas por persona interpuesta o por teléfono. Asistieron a la subasta pocos galeristas y artistas, entre ellos, Paco Farreras, de la galería Maegth, y el pintor Ràfols Casamada.
La suma de dinero obtenida en la subasta servirá para enjugar parte del déficit que pesa sobre la fundación. Un déficit que se arrastra desde hace años y que aumentó de modo inquietante desde que se iniciaron las obras de ampliación del centro de
Montjuïc y, sobre todo, a partir del nuevo presupuesto en obras y medidas de seguridad que debió instalar, tras el robo perpetrado el año pasado.
Enjugar déficit es algo que no formaba parte del proyecto mironiano y, no obstante, es la primera gran medida saneadora que adopta la actual dirección de la fundación. A partir de ahora, apunta con un moderado optimismo Eduard Castellet, presidente del patronato de la fundación, "va a ser más fácil conseguir la colaboración financiera de instituciones y, espero, de privados".
El director de la subasta Edmund Peel señaló a su finalización que "en volumen, un 30% de las obras compradas quedarían en España, así como el libro de mayor valor, adquirido por 7,5 millones de pesetas". Peel aseguró que la subasta había sido un éxito y que se había superado las previsiones en unos 100 millones.
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