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Raymond Barre afirma que el Papa "más que antimodernista es posmodernista"

Francesc Valls

Juan Pablo II no es un antimodernista, sino un posmodernista, manifestó ayer el ex primer ministro francés Raymond Barre. El político galo, que asistió como invitado a unas jornadas organizadas por el Opus Dei en Castelldaura (Barcelona), hizo un repaso de la encíclica del Papa Sollicitudo rei socialis, dentro de esta 24ª edición de las jornadas pastorales que anualmente se realizan en las proximidades de Barcelona. Barre analizó asimismo la doctrina social de la Iglesia y la teología de la liberación. En la mesa redonda también tomaron la palabra la eurodiputada democristiana Concepció Ferrer y el obispo de Urgell, Joan Martí Alanis, que preside la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación.

El ex primer ministro de Valéry Giscard d'Estaing hizo un minucioso análisis económico de la coyuntura mundial y también abundó en temas religiosos, precisamente cuando está a punto de cumplirse un año de que viera la luz la encíclica de Juan Pablo II.Barre aseguró que nos encontramos ante una sociedad moderna, laica y con pluralidad de opiniones. En este contexto y a su juicio, "el mayor peligro que corre la Iglesia es ser complaciente en su mensaje, con la finalidad de adquirir cierta audiencia". Lo que le da fuerza a Juan Pablo II "no es que sea un antimodernista". Barre, por el contrario y en la línea de lo que algunos expertos franceses -sociólogos de las religiones- han afirmado, cree que "el Papa es un posmodernista".

La Iglesia, según el ex primer ministro, aparece como contraria a la modernidad, pero es conveniente "afirmar un cierto número de cosas". A juicio de Barre la encíclica del Papa, sobre cuyas bases la mayoría de economistas estarían de acuerdo, critica el colectivismo marxista y lo que el político denominó "capitalismo salvaje, pero no todo el capitalismo, ya que reviste muchas variedades".

Juan Pablo II reconoce el papel social de la propiedad privada de los medios de producción, dijo el ex primer ministro, para quien mientras el colectivismo marxista es homogéneo, no sucede lo mismo con el capitalismo liberal, que contempla incluso la existencia de un sector público.

"La propiedad privada tiene la hipoteca del bien común", dijo. En su defensa de la economía de mercado, Barre habló de la existencia de dos bloques antagónicos: el del Este de Europa y el del Oeste. Éste último aunque es la "sociedad de la libertad, no está exento de fallos", pero por el momento no tiene alternativa, según el ex primer ministro de Giscard d'Estaing.

Liberación y marxismo

"En algunas ocasiones", agregó, "la doctrina social de la Iglesia ha sido presentada como una tercera vía, pero el propio Papa dice que no es así". Según Barre, la citada doctrina sólo constituye una categoría doctrinal y "nunca se puede presentar como una tercera vía desde el punto de vista político, que no moral". En este análisis socioeconómico, el político francés partió del punto de vísta de que el marxismo ha fracasado. Y llegado este punto tampoco faltó un análisis de la llamada teología de la liberación.Barre recordó, en concreto, unas palabras del Papa en Brasil, cuando dijo: "Comprendo la teología de la liberación, pero no debe desembocar en el marxismo". La liberación, según el ex primer ministro, "debe servir a los intereses de la población y no de un pequeño grupo".

Este tipo de teología es propia de países del tercer mundo, que Barre calificó de en vías de desarrollo. Para el político francés los países ricos son egoístas al no ejercer la solidaridad, pero el tercer mundo no tiene por qué imitar a los ricos. Por ello destacó el papel de países como China e India que han seguido sus propios modelos, potenciando la agricultura. "Hay que predicar la solidaridad, pero sin echar toda la culpa a los países rícos", dijo Barre, quien añadió que "el Papa sugiere que sigamos la divisa de que la paz fluye de la solidaridad y eso es en lo que un economista está de acuerdo". "No hay política", añadió citando a Paul Valéry, "sin una cierta idea del hombre".

En la misma mesa redonda, y junto a Barre, tomaron la palabra la eurodiputada de Unió Democrática Concepció Ferrer y el obispo de Urgell Joan Martí Alanis.

El prelado destacó el escaso eco que esta encíclica había tenido en los medios de comunicación e insistió en que la Solicitudo rei socialis sigue el camino del Evangelio. Concepció Ferrer expresó su preocupación por la pérdida de valores. "Nuestra responsabilidad como personas políticas es volver a redescubrir estos valores", dijo Ferrer, para quien en lugar primordial figura la familia, en cuyo seno "el hombre descubre el sentido de la solidaridad".

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