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El 30% de las películas en vídeo que se alquilan en España es 'pirata'

El 30% de los videocasetes que han circulado en los videoclubes españoles durante 1988 ha sido pirata, según estimaciones de la Federación Antipiratería (FAP), agrupación integrada por los principales productores y distribuidores del sector cinematográfico y videográfico. El sistema más utilizado sigue siendo el simple repicado -distintas copias sobre la cinta adquirida legalmente-. Después el videoclub alquila las copias por mi "módico precio" a los particulares, vídeos comunitarios y asociaciones de vecinos.

El sector del vídeo -uno de los más populares de la industria cultural y de la comunicación- sigue moviéndose entre el negocio, la picaresca, la ilegalidad, las redadas policiales, los juzgados y la cada vez mayor afluencia de clientes que pagan sin mayores problemas 300 pesetas por ver, aunque sea en mal estado y al margen de las salas comerciales cinematográficas, las últimas aventuras de un conejo en ¿Quién engañó a Roger Rabbit? o los poderosos golpes de Robocop.Todo esto sucede gracias a la posibilidad que tienen los usuarios de más de tres millones de aparatos de vídeo que existen en España de alquilar por horas cintas en cualquiera de los 5.500 videoclubes repartidos por toda la geografia. Cada videoclub tiene almacenados unos 1.000 títulos por término medio. Fuentes de la Federación Antipiratería estiman que el volumen fraudulento de este mercado supera los 4.000 millones al año.

Las fuerzas de seguridad del Estado han registrado 524 videoclubes durante 1988 y, como consecuencia de ello, han intervenido el siguiente material ilegal: 41.936 videocasetes; 446 masters (originales) y videocasetes utilizados como masters; 15.352 carátulas; 22.187 etiquetas; 6.071 estuches; 898 casetes vírgenes; 146 magnetoscopios; seis monitores de televisión; 87.652 sellos Polaroid y otros aparatos mezcladores, amplificadores, cables de conexión, pestañas, fotolitos, precintos de garantía, fotocopiadoras y vehículos.

Sólo el 10%

Para los principales productores norteamericanos que operan en España, distribuidores de material multinacional y asociaciones de distribuidores videográficos españoles, agrupados en la FAP, el total de videocasetes intervenidos por las fuerzas de seguridad representa sólo el 10% del material fraudulento, mientras que el total real estimado se situaría en el 30%. Existen en el mercado pirata, según estas mismas fuentes, unos 240.000 videocasetes fraudulentos. Estas actuaciones se llevaron a cabo a instancias de la Federación Antipiratería, que presentó denuncias ante los tribunales.El desarrollo definitivo de la piratería se produjo en España a principios de los 80. Entonces los piratas históricos editaban lo que se estrenaba en los cines de la Gran Vía madrileña. Se traspasaban las copias de 35 mm a super 8 y directamente a vídeo, y eran vendidas y alquiladas para uso doméstico. Quedan todavía algunos restos de aquella piratería salvaje, según fuentes de la Federación Antipiratería, pero ahora el sistema más extendido es el de repicado, es decir, las sucesivas copias hechas por el videoclub a partir de una copia legal.

Esta copia se hace con uno o varios aparatos de vídeo, y en este proceso se produce una pérdida inevitable de calidad.

Por otra parte, las técnicas de fotocopiado han avanzado tanto que, se pueden obtener los envoltorios y carátulas en color casi con la misma fiabilidad que los originales. De esta forma la presentación exterior de una copia pirata apenas difiere de la original. Por el contrario, se paga menos porque ya las empresas se ahorran el 12% del IVA y el 33% del impuesto de sociedades.

Así se han ido llenando los videoclubes con títulos como Rocky (en todas sus numeraciones, videocasete que ha superado todos los récords de piratería), las de James Bond o las más pirateadas en el último año, Robocop, Arma letal o Las brujas de Eastwick.

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