Negros en Cataluña
He leído en las páginas de este diario (10 de enero del presente año) las declaraciones del señor Jordi Iglesias, alcalde de la localidad gerundense de Santa Coloma de Farners. A decir verdad, y quizá por mi condición de africano, no sólo resulta imposible ocultar mi indignación ante unas declaraciones tan insultantes, sino que también experimento una seria preocupación al comprobar, una vez más, las alar-Pasa a la página siguiente Viene de la página anterior
mantes cotas que el racismo y la xenofobia están adquiriendo en este país. Ya es hora de que alguien tome cartas en el asunto para evitar que las cosas se desmadren innecesariamente.
Pero no está en mi ánimo ser catastrofista. Si se me apura, hasta soy capaz de digerir manifestaciones semejantes si éstas hubieran sido vertidas por cualquiera menos por una autoridad, cuyo poder, a mi entender, ha de ejercerse con imparcialidad. Por otra parte, son del todo normales y lógicas las dificultades de nuestra integración en una sociedad que, como la española, posee una cultura y unas tradiciones tan diferenciadas a las de nuestros países de procedencia. Pero para que esta integración se desarrolle de forma normal es necesario el apoyo decidido de las autoridades, y no precisamente su odio más vísceral. Digamos que declaraciones como las del alcalde de Santa Coloma de Farners no sólo obstaculizan nuestra integración, sino que siembran la duda y la desconfianza al tiempo que caricaturizan afirmaciones como la de que los catalanes somos todos los que vivimos y trabajamos en Cataluña.Las declaraciones del señor Iglesias coinciden en lo fundamental con la mentalidad de Botha. Sin duda, también el acérrimo defensor del apartheid en Suráfrica opinará, en su lógica racista, que los morenos padecemos de un "complejo de inferioridad" y que lo único que pretendemos es que se nos tenga "más consideración", esto sólo por nuestra condición de africanos. Diríase que hasta somos capaces de matar a nuestra madre para atraer sobre nosotros la atención de la Prensa. ¡Vaya con el alcalde!F. Mico Mangue.
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