Un materialista científico
Le conocí hace años en un congreso de antropología filosófica celebrado en Madrid. Sus intervenciones se caracterizaron por una ferocidad polémica y vehemencia dialéctica. Es un pensador de raíz platónica, entregado a las ideas por las que es capaz de morir luchando en la disputa sosegada o violenta. Pero ante todo y sobre todo es un filósofo rigurosamente científico. El gran biólogo Faustino Cordón me dice: "El proceso de la ciencia es el objeto central de su obra, enfrentándose con el origen de la misma y con el pensamiento científico actual, y lo aborda con una generosa libertad de espíritu que me consta por experiencia personal directa".Teoría de la ciencia
El materialismo de Gustavo Bueno es filosófico, pues parte de los contenidos materiales del mundo para formular una teoría de la ciencia. No se puede separar la ciencia de la filosofia por la sencilla razón de que existen unos conceptos ontológicos básicos, y al aparecer una ciencia la envuel-ven y abrazan circularmente. Sin embargo, es necesario una clasificación de la ciencia para saber lo que no es y lo que es ciencia. ¿Cómo clasificarlas? Puede establecerse sobre una premisa unitaria, reduciendo las ciencias a tina, lo que haría superflua su clasificación, o bien a través de tin criterio nominalista, con arreglo al cual las ciencias son sistemas individuales separados, pero entonces se quebraría la fluencia de sus relaciones recíprocas. Sólo cabe la respuesta en una interrogación: ¿qué es la materia?
En su obra Ensayos materialistas, Gustavo Bueno afirma que lo que hay, el ser, el mundo, todo lo que es material, es la materia. Es la madre de todas las cosas, el bosque umbrío, das wald, con sus misterios, terrores, claridades efimeras; es decir, lo pavoroso impreciso, el tremendo indeterminado, lo indefinido. La materia es presencia permanente, y aunque pueda parecemos inmateníal por invisible, cuanto va descubriendo el hombre está contenido, subsumido en los distintos materiales de que está hecha.
Sin embargo, Gustavo Bueno rechaza el concepto monista de la materia "porque constituye una transposición de las propiedades y categorías del mundo entendido como unidad a la materia", como una desvalorización metafisica de la pluralidad de los mundos reales que habitamos. En este sentido coincide con el filósofo García Bacca, quien, en su obra Infinito, transfinito, finito, sostiene que el universo, el todo, es el gran cuerpo, común a todos, a cada uno, agregando: "Comunidad sin confusión o fusión del plural de yoes". También Gustavo Bueno afirma que una ontología general materialista debe completarse con una ontología especial que considere los distintos estratos o esferas del ser material. Así, divide la materia en tres géneros de la materialidad.
El primero lo integran las realidades flisico-corpóreas; el segundo lo constituye la interioridad, la vida psíquica y el ámbito íntimo del sujeto; el tercero es el reino de las posibilidades, "el sujeto de todos los predicados positivos", el mundo como cosmos en su totalidad astrológica. Gustavo Bueno realiza análisis agudísimos, sutiles y profundos de estos tres estados en que divide la materia.
Tres géneros
En el cuerpo establece la diferencia entre su solidez y estado gaseoso, entre interioridad y subjetividad, llegando a la discuti e negación de esta innegable realidad como puramente idealista. El primer género está asociado a los sentidos materiales, a la percepción exterior que, según Merleau-Ponty, "es la science commengante", o la ciencia una percepción metódica y completa. El segundo género corresponde a los sentidos internos o espirituales (sentimientos, emociones). El tercer género incluye las complejas operaciones del cerebro (deducción, abstracción, imaginación). El psicofisiólogo soviético A. R. Luria, en su obra Sensación y percepción, confirma en sus experimentos científicos estas formulaciones filosóficas de Gustavo Bueno.
Y llegamos al concepto eje de su filosofia científica: el cierre categorial. Esta concepción, formulada como réplica al corte epistemológico de Bachelard y Althusser, tiene como fin la unidad de cada ciencia particular en torno a unos teoremas que la organi zan en un cuerpo aparte. A este respectos me dice el profesor Jacobo Muñoz: "El cierre catego rial es un período de la ciencia normal que concluye en paradigma. Este concepto de Gustavo Bueno es una versión metafisica de la ciencia; es decir, una meta ciencia'. Sin embargo, con su cierre categorial intenta establecer la unidad de la ciencia mediante prácticas experimentales mismas de cada ciencia particular. En este sentido, el científico y filósofo soviético Kopnine dice: "Las categorías filosóficas aparecen y se desarrollan sobre la base de una generalización de toda la experiencia del conocimiento".
Finalmente, para el filósofo Gustavo Bueno, ¿qué es el hombre?: un cuerpo, una materia fisica, un animal, el mono vestido que tiene una cultura natural y toda su evolución consiste en una sabia y creciente adaptación al medio. "El hombre es un organismo (un anima) de tipo aninial" (F. Cordón). Y según Gustavo Bueno, ¿qué es Dios y quién es Dios? En una de sus últimas obras, El animal divino, ensayo de una filosofia mateñalista de la religión, encontramos la respuesta: "Dios es el mono idealizado que interpretamos como metáfora libremente poética. Acude nuestro filósofo a otra variante de la división tripartita para explicarnos cómo ha llegado a aparecer la idea de Dios.
Dios y el universo
En la primera etapa, el hombre venera a los animales que teme; en la segunda se mitifica el animal, se lo embellece; la tercera etapa es la de las religiones monoteístas. Paradójicamente, es este Dios espiritual, único y absoluto, el que constituye la base del ateísmo, pues su existencia abstracta, pura, es el fin de su existencia material. Dios no puede hablar porque no tiene boca, no ve porque no tiene ojos ni obra porque no tiene manos. ¿Dios es incorpóreo? Quizá tenga un cuerpo que es el universo y se exprese a través de otros: los hombres-dioses.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.