Mitterrand prometió detener a la cúpula 'etarra' si la encontraba

El presidente de la República Francesa, François Mitterrand, declaraba el pasado mes. de noviembre la voluntad del Gobierno francés de luchar contra esta perturbación "tan grave para la seguridad de nuestras dos democracias" y aseguraba que si no habían detenido a los miembros de la cppula residentes en Francia era porque no los habían encontrado. Estas declaraciones fueron realizadas tras la cumbre hispano-francesa de Montpellier, en la que no se alcanzó el esperado acuerdo de colaboración antiterrorista.

En mayo del pasado año, el ministro socialista del Interior, Pierre Joxe, había anunciado la anulación de las entregas de etarras por la de urgencia -iniciadas por el Gobierno conservador de Jacques Chirac en julio de 1986-, sistema que consideraba ineficaz e innecesario, asegurando, no obstante, que se comprometía a agilizar las extradiciones judiciales y a controlar la residencia de los activistas vascos en Francia.

El pasado mes de octubre, en la cumbre de León, Joxe y el ministro del Interior español, José Luis Corcuera, anunciaron la adopción de nuevas medidas para luchar contra ETA -que mantuvieron en secreto-, aunque persistían algunas diferencias en la cooperación.

En una entrevista concedida a EL PAÍS, Pierre Joxe reafirmó el compromiso social e histórico de Francia con España y su intención de alcanzar una "colaboración sin sospechas," asegurando que si no había más detenciones se debía a que no habían sido localizados, no a falta de interés.

El mejor exponente de la colaboración prestada por la policía francesa en la lucha antiterrorista contra ETA se produjo tras la detención por la policía francesa el 30 de septiembre de 1987, en Anglet, de Santiago Arrospide Sarasola, Santi Potros, considerado como el jefe de los comandos ilegales de ETA desde 1985.

La documentación incautada permitió la detención de más de 100 personas en Francia, de las cuales entregó 64 a España y deportó 12 a Argelia y tres a Venezuela. En España, la Audiencia Nacional ordenó el día 13 el ingreso en prisión de 32 de los refugiados de ETA Militar entregados por Francia y se comunicó que de las 104 personas detenidas en Euskadi a partir de la docurnentación de Santi Potros, 23 ingresaron en prisión, otros 28 permanecían en dependencias políciales y el resto, un total de 53, fueron puestos en libertad.

Otras muestras de la colaboración con Francia fueron la incautación por la policía francesa de 725 millones, el 26 de abril de 1988, y de 400 millones, el 5 de julio, del rescate pagado por la familia de Emiliano Revilla, además del intento fallido de detener a la cúpula de ETA en Biarritz, el pasado mes de octubre.

La colaboración en la lucha antiterrorista entre los Gobiernos de España y Francia se inició con la llegada al poder del PSOE, en diciembre de 1982. Un año después, en enero de 1984, se tomaban las primeras medidas con la deportación a terceros países de destacados activistas y en el mes de septiembre del mismo año, Francia concedía por primera vez la extradición de tres etarras.

Tras la victoria de Jacques Chirac en las elecciones de marzo de 1986, y coincidiendo con una serie el nuevo Gobierno conservador francés empezó a utilizar una antigua legislación que permitía la puesta en frontera de individuos peligrosos para la seguridad del país: las extradiciones por vía de urgencia.

En marzo de 1987, en la cumbre hispano-francesa de Madrid, Mitterrand, declaró que apoyaba rotundamente esta política. El número de entregados por Francia desde 1986 supera los 200.