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Los milicianos shiíes en Líbano se rebelan contra sus padrinos extranjeros

Ángeles Espinosa

El nuevo episodio de combates intershiíes en suelo libanés parece poner en tela de juicio el ascendiente de Siria e Irán sobre las milicias rivales que apadrinan. Desde el pasado domingo, una encarnizada lucha se libra en el macizo de Iqlim al Tufab por el control de Líbano sur. Dos enviados iranies de alto rango se han afanado, sin éxito inmediato, en Beirut y en Damasco, por poner fin a estos enfrentamientos, que han causado al menos 91 muertos y unos 160 heridos en los tres días últimos.

El viceministro iraní de Asuntos Exteriores, Mohamed Ali Becharati, se encuentra desde la noche del lunes en Siria, donde ayer se entrevistó con el presidente Hafez el Asad. El enviado de Ali Jamenei, jefe del Gobierno de Teherán, intenta llegar a un compromiso con el amigo sirio que permita resolver los continuos choques entre sus respectivos aliados libaneses. Por su parte, Mahmud Rafsanyani abandonó ayer Líbano tras una visita de 24 horas con el mismo objetivo. Las autoridades iraníes temen, en última instancia, que si sus seguidores del Hezbolá (Partido de Dios) fuerzan demasiado la lucha y ponen contra las cuerdas al prosirio Amal, el ejército de Damasco pueda verse obligado a intervenir una vez más.La anterior visita de Becharati a Damasco se remonta a primeros de diciembre, cuando, tras seis días de combates, los intercambios de disparos llegaron hasta Beirut oeste. Estos enfrentamientos fratricidas entre miembros de la comunidad musulmana shií, la más numerosa de Líbano, se vienen repitiendo periódicamente en tres escenarios en los que predominan: Líbano sur, suburbios meridionales de Beirut y el propio sector occidental de la capital. Detrás de esta lucha, el deseo integrista de adueñarse de las regiones fronterizas con Israel para llevar a cabo su guerra santa.

Entre abril y mayo de 1988, Amal (Esperanza) logró desbancar de sus posiciones a los hombres del Partido de Dios, minoritarios en esa zona. El traslado de los combates a las barriadas del sur de la capital, feudo de los integristas, no obtuvo los mismos resultados, lo que motivó la intervención siria. Ahora, Hezbolá pretende .romper el asedio impuesto a los combatientes de la resistencia islámica" antiisraelí. En tanto que el movimiento Amal está determinado a "eliminar cualquier presencia de Hezbolá en Líbano sur".

Todo comenzó el pasado domingo al amanecer. Los milicianos proiraníes lanzaron una ofensiva sorpresa desde sus posiciones en el monte Safi, a unos 20 kilómetros al este de Sidán y en el extremo norte de la zona de seguridad establecida por Israel en el sur de Líbano. El objetivo: seis pueblecitos del macizo de Iqlim al Tufah, donde los combates llegaron a tal intensidad que hombres del grupo palestino Al Fatah se interpusieron entre los combatientes. Los prosirios fueron recuperando poco a poco posiciones, pero a última hora de ayer los combatientes de Hezbolá, superiores militarmente, aún mantenían importantes bolsas de resistencia en la localidad de Jbaa, la única que no había sido recuperada por de Amal.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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