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El magnetismo de El Último de la Fila

Casi 3.000 personas se dieron cita en el cierre de la jornada inaugural de la sexta edición de Iberpop para presenciar la actuación de El Último de la Fila en el polideportivo municipal Las Gaunas. Anteriormente se había celebrado, con escasa participación, la primera de las mesas redondas del ciclo dedicado a las tres décadas de pop y rock en España, titulada 1959-1964: los comienzos.

Esa misma tarde, Nuria Vidal, autora del libro El cine de Pedro Almodávar, presentaba en la abarrotada sala Gonzalo de Berceo la película Mujeres al borde de un ataque de nervios, proyección con la que se inauguraba una muestra sobre el último cine español y sus bandas sonoras. Iberpop 89, organiza do por el Gobierno de La Rioja como una muestra nacional de nuevos panoramas, cuenta este año con un presupuesto que ronda los 16 millones de pe setas. Manolo García y Quim Portet, la columna vertebral del grupo catalán El último de la Fila, declaraban a este periódico poco antes de salir a escena que "a las bandas de pop-rock que empiezan o que no son muy conocidas la gente les perdona todo y les da constantes muestras de aprecio. Cuando logras un cierto éxito, todos son más exigentes y nadie admite fallos'". Como queriendo restar importancia a sus palabras, el público de Logroño se mostró entregado desde los primeros acordes y totalmente ajeno al mediocre sonido del comienzo del recital. Poco a poco Manolo García se hizo dueño y señor del frontón Las Gaunas, haciendo gala de un sorprendente magnetismo visual y una gran madurez vocal. Fue el éxito de un grupo tremendamente serio y profesional que amparándose en lo brillante de sus composiciones fusiona melodías pop con ritmos de la España más caliente."Mezclar pop anglosajón con sonidos hispanos o latinos no es nada nuevo", afirmó el editor discográfico José Luis Álvarez durante la mesa redonda dedicada al comienzo del pop-rock en España, sólo unas horas antes del concierto de El último de la Fila. "En Sevilla ya había grupos con esa idea en el año l964", continuó diciendo, "mientras que en Cataluña las influencias llegaban de la música ítalo-francesa, y en el País Vasco del jazz norteamericano. El Sur tenía la gran ventaja de poder escuchar las emisoras de Rota, Tánger y Gibraltar, las auténticas primeras escuelas de rock".

José Ramón Pardo, crítico musical y guionista de televisión, aseguró que "el primer movimiento pop español fue un simple hobby para hijos de papá que no tenían otra cosa que hacer, y se encontraba muy lejos de lo que debe ser el auténtico rock and roll, el de espíritu rebelde e iiiconformista". Diego Manrique, director del espacio de Televisión Española FM2, fue aún más lejos, afirmando que "el rock llegó a nuestro país como una moda y no como un movimiento juvenil".

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