Problemas en la construcción del Archivo Monástico de Cataluña

El Palau Nou de l'Abat, edificio situado extramuros del monasterio de Poblet (Tarragona), presenta, cuatro años y siete meses después de comprometerse la Generalitat de Cataluña a restaurarlo, un aspecto desolador. Sin techumbre en su ala izquierda, sin puertas ni ventanas y con la fachada desconchada no dispone de ninguna de las condiciones que exige la instalación del Archivo Monástico de Cataluña, cuya creación prevé el acuerdo suscrito en mayo de 1984 por la Administración autonómica y la comunidad cisterciense de Poblet.

El nuevo equipo que dirige el Departamento de Cultura, encabezado por el conseller Joan Guitart, se negó a informar de las actuaciones llevadas a cabo por la Administración autonómica desde la firma del convenio. La portavoz oficial del departamento justificó el retraso señalando que "ha habido problemas" y anunció que la restauración del Palau Nou de l'Abat, edificio del siglo XVII que albergará el archivo, se iniciará este año.

En 1989 sólo se llevará a cabo la primera fase del proyecto que, con una inversión de 50 millones de pesetas, implica, únicamente, la consolidación y cobertura del edificio. Para una segunda etapa se dejarán los equipamientos e instalaciones y, en una tercera fase, se abordará la construcción de un edificio de nueva planta, anexo al Palau, que albergará una sala de actos con capacidad para más de 250 personas.

La falta de continente, sin embargo, no constituye para el archivo un problema excesivamente grave, ya que su contenido es todavía un enigma. Las fuentes consultadas han sido parcas en manifestaciones respecto a los fondos que incluirá el archivo. Ninguna de estas fuentes va más allá de lo señalado en el convenio, que prevé agrupar en Poblet "los fondos documentales y archivísticos monásticos catalanes que se convenga, sean originales o reprografiados".

Esta falta de concreción se debe, principalmente, al hecho de que los documentos más relevantes sobre la vida monástica catalana se encuentran en el Archivo Histórico Nacional, con sede en Madrid, y su recuperación es casi imposible.