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EE UU desencadena la primera guerra comercial durante la presidencia española de la CE

Francisco G. Basterra

La presidencia española de la CE ya tiene su primera guerra comercial servida. Estados Unidos declaró ayer el inevitable inicio de hostilidades al anunciar la imposición de sanciones comerciales, por valor de 100 millones de dólares, en productos alimenticios europeos, debido a la decisión inapelable de los doce de prohibir, a partir del 1 de enero, la importación de carne norteamericana trata, da con hormonas. España se verá afectada en unos 13 millones de dólares de exportaciones de conservas de tomate y en una cantidad mínima, 1,4 millones de dólares, en bebidas alcohólicas fermentadas de baja graduación.

También la carne de vaca, jamones curados -daneses fundamentalmente-, cafés solubles, zumos de frutas y comida para perros, serán penalizados por EE UU con unos aranceles del 100% que duplicarán los precios al consumo de estas importaciones.El representante especial para el comercio del Gobierno norteamericano, Clayton Yeutter, "lamentó" ayer la "forzada represalia" de Washington contra la decisión de Bruselas de prohibir la entrada en la Comunidad de la carne de este país tratada con hormonas para el crecimiento. "A pesar de que la CE asegura que la prohibición está basada en preocupaciones sanitarias, todavía tiene que presentar pruebas de que la adecuada aplicación de hormonas de crecimiento amenaza a la salud humana. En consecuencia, la decisión de poner en marcha la prohibición es una práctica comercial injusta".

Ronald Reagan ya había anunciado que la consideraría como tal y que EE UU adoptaría represalias por lo que Washington considera una pérdida injusta de mercado para sus ganaderos. Los doce habían decidido ya hacer efectiva la prohibición a partir de primero de año, aunque excluyeron a la carne de vacuno para el consumo de ajúrnales domésticos.

Yeutter explicó ayer, al anunciar la represalia, que "hemos intentado repetidamente llevar este tema al arbitraje de un panel científico, bajo los auspicios del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio), pero los europeos han bloqueado nuestros esfuerzos". La CE denunció, el 20 de diciembre, a Estados Unidos ante el GATT. Las autoridades comerciales norteamericartas explicaron que sus científicos y expertos de la FAO estiman que el uso de hormonas que prohíbe la CE no es perjudicial para la salud.

Las represalias, que tratan de cubrir lo que EE UU perderá en exportaciones de carne a la Europa comunitaria, entrarán en vigor a las 12.01 horas del 1 de enero. Y será España, que a pwtir de ese momento presidirá la Comunidad, la responsable de coordinar la respuesta. La reacción europea, que daba por descontada la represalia,de EE UU, ya está preparada y con ella la posibilidad de una guerra comercial entre ambos mercados, que se intercambian anualmente productos por un valor de 150.000 millones de dólares.

Una escalada del conflicto podría acarrear la prohibición total de la entrada de carne europea en EE UU, por valor de 450 millones de dólares anuales. La CE, por su parte, sólo exporta 150 millones de dólares de productos cárnicos a este país. La represalia de ayer pretende, según un funcionario estadounidense, a hacer ver a los europeos "en la que se meten si siguen adelante".

"Guerra de las hormonas"

Detrás de este preludio de la guerra de las honnonas late una desconfianza más amplia de Estados Unidos ante la posible pérdida de mercados tras la puesta en marcha, en 1992, de la Europa del mercado único. Los europeos temen por su parte ser discriminados y perder exportaciones debido al acuerdo de libre comercio entre EE UU y Canadá que creará un mercado único en América del Norte antes del año 2000.

Las represalias norteamericanas afectan a exportaciones españolas por valor de unos 14,5 millones de dólares, un porcentaje mínimo sobre unas ventas en este mercado de 2.500 millones de dólares anuales. Italia y la República Federal de Alemania son los países más dañados por la medida anunciada ayer en Washington que, en contrapartida, convertirá en prohibitivos para los ciudadanos de este país una serie de productos europeos.

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