Un juez autoriza la transfusión de sangre a una hija de testigos de Jehová
Marcos Antonio Blanco Leira, titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Córdoba, dictó la madrugada de ayer un auto por el que autorizaba al personal médico del hospital Reina Sofía de esta ciudad para hacer una transfusión de sangre a la niña Lidia Moreno Moreno, de ocho años, cuyos padres se habían negado a ello por ser testigos de Jehová.
La pequeña sufrió un accidente de tráfico en Torredonjimeno (Jaén) cuando viajaba acompañada de un matrimonio amigo de sus padres. Éstos habían asistido el domingo en Montilla (Córdoba) a un acto de esta comunidad religiosa, de la que son miembros.Las heridas que presentaba Lidia Moreno hizo que ésta fuera trasladada al hospital cordobés, donde en una primera impresión se le diagnosticó fractura de cráneo y pérdida de líquido cefalorraquídeo, lo que hacía obligada una intervención quirúrgica.
El neurocirujano infantil comunicó a las cinco de la madrugada de ayer a los padres de la pequeña la necesidad de la operación, si bien éstos advirtieron al facultativo para que no hicieran ninguna transfusión sanguínea a su hija, aduciendo para ello motivos religiosos.
Ante el peligro que supondría llevar a cabo sin sangre esta intervención que podría complicarse los médicos del Reina Sofía optaron por avisar al juez de guardia.
El magistrado acudió al hospital, y allí los padres le expusieron su derecho a elegir otro centro sanitario para su hija, en el que fuera intervenida de acuerdo con sus creencias religiosas. Miguel Moreno y Lourdes Moreno, padres de la niña, no encontraron un hospital cerca de Córdoba cuyo personal contara con la experiencia de este tipo de intervenciones sin utilizar sangre.
Con esta perspectiva, los padres adoptaron la solución de exonerar por escrito a los médicos de cualquier responsabilidad si su hija fallecía al ser intervenida sin una transfusión.
Derecho a la vida
"Esta postura no me pareció suficiente", dijo a este periódico el juez Blanco Leira, que consideró la importancia del derecho a la vida recogido en la Constitución. Así, dictó un auto por el que autorizaba a los médicos a realizar una transfusión sanguínea, siempre que el caso lo requiriera.Tras dos horas de discusión, los médicos intervinieron a la pequeña a las siete de la mañana, y no tuvieron necesidad de utilizar sangre, ya que las heridas que presentaba no era tan importantes como en un principio se pensó. No obstante, la niña dijo a los médicos antes de ser anestasiada: "No me deis sangre; no me pongais sangre, por favor", comentó el juez.
La pequeña se recuperaba ayer en la sección de preescolar del hospital materno-infantil de las heridas que presentaba en la cara y cabeza.
Su madre, Lourdes Moreno, de 25 años, señaló ayer a este periódico que todo "se trata de un milagro", y mostraba así su convicción "de que no hacen falta transfusiones sanguíneas para ser intervenido quirúrgicamente".
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