Dimisiones y despidos ponen en peligro los trasplantes de corazón en Cataluña
El doctor Josep Maria Caralps ha presentado su dimisión como responsable del servicio de trasplantes del hospital de Sant Pau de Barcelona, pionero en España de esta modalidad de trasplante. Además han sido despedidos los dos jefes de la sección de hemodinámica. Todo ello pone en peligro el programa de trasplantes de Cataluña.
La dimisión de Caralps es el último hecho de un largo conflicto en el que se mezcla la crisis institucional y la precariedad de medios que atraviesa el hospital, cuyo déficit se eleva a 13.000 millones de pesetas, con una larga historia de enfrentamientos personales y rivalidades profesionales que ha conducido al despido de los dos jefes de la sección de hemodinámica, Antoni Oriol y Caries Creixells.El despido se produjo el 10 de noviembre después de que los dos jefes decidieran suspender la práctica de angioplastias a causa de los malos resultados obtenidos en el último año. Fuentes próximas a los despedidos atribuyen los malos resultados a la tensión que vive el servicio por el conflicto entre los responsables de hemodinámica y el jefe de cardiología, doctor García Moll, del que dependen jerárquicamente y cuya autoridad han cuestionado reiteradamente.
El servicio de hemodinámica es esencial además para la actividad coronaria y para el programa de trasplantes del hospital, puesto que es el que realiza las pruebas exploratorias y las biopsias posteriores al trasplante, necesarias para detectar un posible rechazo.
Operaciones suspendidas
El conflicto, latente desde hacía ya varios años, estalló el 18 de octubre cuando los familiares de seis pacientes irrumpieron en el despacho del director del hospital, Joan Nolla, para protestar por la suspensión de las intervenciones que tenían programadas en el servicio de hemodinámica.El día anterior, el enfrentamiento entre el jefe de cardiología, doctor García Moli, y los doctores Oriol y Creixells tomó cuerpo una vez más al no acatar el servicio de hemodinámica la orden del doctor García Moll de que se practicara una angioplasia urgente al enfermo Pedro Vida Hidalgo. El doctor Oriol hizo constar en el historial clínico del paciente que "los problemas de organización interna del servicio de cardiología" imposibilitan, en casos como éste, trabajar con un mínimo de garantías para el enfermo".
El doctor García Moll pidió entonces la intervención del director del hospital, quien, ante la reiterada negativa de hemodinámica, envió al enfermo a la clínica Quirón para que se le practicara la angioplastia. Se inició entonces un duro forcejeo entre el director y los jefes de hemodinámica para que estos acataran la disciplina y reanudaran la práctica de angioplasias, a lo que Oriol y Creixells se negaron al tiempo que ponían en conocimiento de los órganos facultativos del hospital que tenían que suspender las actividades, contra las órdenes del director, por razones éticas.
El director médico asegura que no tenía conocimiento de que se hubieran producido malos resultados, por lo que consideró que había sido engañado por los jefes de hemodinámica y ordenó su despido inmediato. La decisión, sin embargo, ha provocado una grave crisis en el hospital y ha motivado la solidaridad de una parte importante de los jefes médicos del centro y de los principales hemodinamistas de Jos hospitales de Barcelona, que han pedido en sendos escritos la readmisión de los despedidos.
El director médico afirmó a este diario que está buscando una solución y que sólo reconsiderará el despido de los doctores Oriol y Crexells si apelan a la clemencia y se someten definitivamente a la disciplina institucional.
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