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2.000 jóvenes europeos aprueban la carta de derechos del inmigrante

Dos mil jóvenes llegados de toda Europa aprobaron ayer en París la Declaración de los Derechos de los Inmigrantes, una carta de los ciudadanos en la que se reclaman facilidades para adquirir la nacionalidad, se pide el fin de la discriminación en el ejercicio de los derechos de residencia, reunión, asociación, educación o trabajo y se solicita el voto de los inmigrantes en las elecciones locales.Durante dos jornadas, los jóvenes, convocados por la organización SOS Racismo, han debatido en el gran anfiteatro dé la Sorbona la situación de "injusticia y exclusión" en que se encuentran los inmigrantes en Europa. Las reuniones, denominadas Primeros Estados Generales Europeos de la Juventud por la Igualdad, han demostrado el poder de convocatoria de SOS Racismo, al contar con la asistencia del presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors; del ministro de Cultura español, Jorge Semprún, y de dos secretarios de Estado franceses, Bernard Kouchner y Thierry de Beaucé.

En un ambiente enfervorizado, Harlem Desir, presidente de SOS Racismo, admitió el contenido, hoy por hoy utópico, de la carta, pero, dijo, "de esta utopía saldrá la realidad del mañana". Desir anunció que la carta será sometida a los Gobiernos de los 12 países de la CE y a todos los partidos políticos antes de las próximas elecciones europeas. Cien mil personas han firmado ya en Francia el llamamiento que solicita el voto para los inmigrantes en las elecciones locales.

Críticas al Gobierno

El presidente francés, François Mitterrand, envió un mensaje a la asamblea, acogido con una gran ovación, pero el líder de SOS Racismo se muestra crítico con el Gobierno de Michel Rocard, al que reprocha que "en seis meses no ha cambiado nada para los inmigrantes". Desir pidió en las últimas elecciones presidenciales el voto para Mitterrand, quien le ofreció luego un cargo en el Gobierno, que fue rechazado.

Semprún, presentado como un luchador contra el fascismo, saludó a los reunidos en nombre del presidente del Gobierno español y se felicitó de que se hubiera modificado el preámbulo de la declaración en el que se decía que "la cultura de Europa es la de la democracia y la justicia". "Es también la de la dictadura y el colonialismo", recordó Semprún, que citó unas reflexiones del ex primer ministro francés Leon Blum en el campo de concentración nazi de Buchenwald sobre la igualdad y la libertad. "Ambos derechos", concluyó, "deben ser inseparables".

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