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Volkenstein: "El caos organiza el tiempo y el espacio"

El biofísico soviético, doctor 'honoris causa' por la Autónoma de Madrid, apoya la 'perestroika'

"El caos es el organizador", asegura tajantemente el biofísico soviético Mijail Vladimirovich Volkenstein, que ayer fue nombrado doctor honoris causa por la universidad Autónoma de Madrid. Volkenstein, un científico puro nacido en Leningrado hace 76 años, es autor de numerosos libros científicos, además de poeta y pintor, y de su primera disciplina, la física, ha pasado por un campo interdisciplinar hasta llegar a la que es su actual pasión, la evolución vista desde el punto de vista de la física, la interrelación entre la física y la biología. Es también un hombre de su tiempo, que forma parte del grupo Tribuna de Moscú, un movimiento de intelectuales que apoya la política de perestroika de su país.

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Volkenstein recibió ayer el birrete junto a dos premios Nobel -Roger Guillemin y Heinrich Rohrer- y Luis Delelos. Sin embargo, deja caer con total ingenuidad que no cree que pueda conseguir el Nobel, para el que ya estuvo seleccionado una vez, porque 1os químicos no son demasiado partidarios de la teoría pura y prefieren la experimentación".Estudió en el Instituto Químico. Físico de Moscú, y tras pasar la guerra en una factoría química de un lugar perdido de Siberia volvió a su Leningrado natal y trabajó en el recién creado Instituto de Compuestos Macromoleculares investigando la estructura de los polímeros y en espectroscopia molecular.

En 1966, tras ser elegido miembro correspondiente de la Academia de Ciencias de la URSS, su interés científico se desvió de los polímeros hacia la biología molecular. Ya en Moscú, en el Instituto de Biología Molecular, se dedicó a estudiar la estructura de las proteínas, la catálisis enzimática, desde el punto de vista de la física.

"La catálisis enzimática es algo muy importante", explica pacientemente Volkenstein; "nosotros somos máquinas químicas, ¿sabe? Cada reacción química en el organismo es catalizada por enzimas que son proteínas. Es una cuestión muy importante y tiene que ver con la teoría de la evolución. Yo estudio la teoría de la evolución desde el punto de vista de la física. Hay dos aspectos en esta interacción. El primero es molecular, ya que, por supuesto, hablamos de evolución molecular, y hay una serie de problemas que están estrechamente relacionados con la catálisis enzimática. El segundo es mucho más general y está en relación con un campo de la física desarrollado durante las dos últimas décadas, la sinergia", una especialidad que fue desarrolada por Ilia Prigogine, un belga de origen ruso, puntualiza el científico de Leningrado, que fue premio Nobel de Química en 1977.

Volkenstein explica que la sinergia estudia los llamados sistemas abiertos, que intercambian materia emergente con lo que les rodea. "Por supuesto", indica, "todo organismo viviente, toda célula y la biosfera en su totalidad, son sistemas abiertos, pero sistemas que se hallan muy lejos del equilibrio. En estos sistemas, la autoorganización de su comportamierito estructural en el tiempo y en el espacio puede realizarse debido precisamente al caos. El caos produce organización, y ésta es la nueva física", sentencia refiriéndose a cómo se entiende ahora el estado de permanente variabilidad de la naturaleza.

Máquina química

Para Volkenstein, los humanos "no somos más que una máquina química, nada más. Las máquinas fabricadas por el ser humano están hechas básicamente de sustancias sólidas, y las interacciones entre las diferentes partes son, o bien mecánicas, o bien electromagnéticas. Pero en el caso de un organismo vivo todo esto lo hacen las moléculas". Cierra su mano derecha y pregunta: "Si muevo mi mano, ¿que sucede? Produzco un trabajo, ¿pero de dónde viene la energía? Viene de un proceso químico, en este caso de un trabajo muscular cuyo proceso ya se conoce. Indirectamentente, la energía química se transforma en trabajo mecánico. Normalmente la máquinas que nosotros fabricamos producen calor a base de energía, para calentarnos transformamos energía en calor, pero en el caso del cuerpo humano todo el proceso se produce a una temperatura constante. En el cuerpo la temperatura permanece constante, pero nosotros podemos, sin embargo, hacer todo el trabajo. Esto lo hacen las moléculas. Los mecanismos generales ya se conocen, pero hay un inmenso campo de investigación. Hasta el final de mi vida creo que estaré ocupado sólo con los problemas de la evolución".Levanta los ojos al cielo en busca de inexistentes nubes y explica: "Miramos al cielo y vemos las nubes pasar con una cierta periodicidad que constituye un tipo de organización que ha sido producida por el caos. Nuestro universo, con sus galaxias, estrellas y sistemas solares, ha sido también producido por el caos primitivo. Pues bien", concluye, "toda la biología puede ser estudiada desde este punto de vista".

Llegado a este punto, Volkenstein da el salto entre la ciencia y la filosofía pura. "¿Cuáles fueron los primeros científicos que estudiaron los fenómenos sinergéticos sin saber que los describían?", sepregunta. "El primero fue Kant, y después de él Laplace, quien propuso la primera teoría sobre el origen del sistema solar, y después de estos dos llegó Darwin, que estudió los mecanismos que producen la organización del desarrollo partiendo de la variabilidad del caos, una variabilidad caótica". "El caos es el organizador. La autorganización de un sistema sólo puede hacerse si el sistema, en sí mismo, es caótico desde el principio".

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