Una jornada sin ocio
Las diferentes actividades relativas al ocio y el tiempo libre se unieron en su práctica totalidad a la jornada de huelga.El mundo del espectáculo, en el que se integran teatros, cines, salas de fiesta y bares con actuación registraron un cierre al 100 %. Tan sólo algunos locales cuya actividad se desarrolla habitualmente hasta entrada la madrugada abrieron anoche a partir de las doce.
La Federación de la Unión de Actores del Estado Español, que agrupa a la Asociación de Actores y Directores Profesionales de Cataluña, a la Unión de Actores de Madrid, Galicia, Andalucía y Valencia, y a la Euskal Aktoren Batasuna, del País Vasco, convocó un paro total que fue secundado por unanimidad, decisión que se llevó a cabo en las diferentes asambleas celebradas en los días anteriores. Ello llevó a que, independientemente de la postura de empresarios y productores, el paro en teatros, salas con actuaciones y rodajes y filmaciones fuera total en España. Los actores han pedido al Gobierno que cambie su política económica, dado el masivo apoyo al paro.
Cambiar el día de descanso
En estas mismas asambleas se decidió "exigir" a los teatros que cambiaron su día de descanso habitual por el día de paro general -en el caso de Madrid afectaba a los teatros Fígaro, Maravillas, Infanta Isabel y Muñoz Seca-, que realizaran jornada de huelga, y no de descanso, por entender que se conculcaba el legítimo y constitucional derecho a la huelga. Estos teatros accedieron a la petición.Los cines también registraron un paro prácticamente total en las diferentes ciudades, aunque no por ello los ciudadanos dejaron de disfrutar del séptimo arte. La casi totalidad de las casas de alquiler de vídeos comentaban que el día anterior al de la huelga quedará registrado para ellos como una de las jornadas en las que mayor caja han realizado.
Los principales museos también fueron cerrados, entre ellos el Museo del Prado y el Centro Reina Sofía. Los únicos monumentos del Patrimonio Nacional que permanecieron cerrados fueron el Monasterio de El Escorial y el Palacio Real de Aranjuez, y abrió al público la sala de exposiciones de la Fundación March. La mayoría de los museos cerraron por el absentismo del personal que ha secundado la huelga, en especial el de vigilancia, imprescindible para la apertura. Los bingos tampoco abrieron.
El escritor Buero Vallejo, que ya había hecho pública su adhesión a la huelga, realizó un paro en la intimidad. "Mi jornada ha transcurrido", comentó, "de una manera bastante ejemplar. Dejar de escribir es algo que hago a menudo, ya que vivo muchos días de huelga íntima, y éste también lo he ejercido".
La actriz Nuria Espert, que hizo público su no a la huelga, pasó la jornada en la cama, al estar enferma: "Dije no porque me parecía que se podía negociar más. La huelga me parece que es el arma última, final y más poderosa y creía que la situación no la justificaba, tal vez estaba equivocada", afirmó.
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