UGT y Comisiones Obreras se consideran legitimados para pedir al Gobierno que negocie "de igual a igual"
La masiva respuesta de los trabajadores al paro general, que ha sorprendido a los propios sindicatos convocantes, permite a UGT y a CCOO considerarse respaldados y legitimados para reclamar al Gobierno que se siente a negociar "de igual a igual" según declaró ayer el dirigente ugetista Antón Saracíbar. El presidente del Gobierno, Felipe González, descartó la anticipación de las elecciones y expresó su interés por dialogar con los sindicatos, oferta que se concretará mañana, tras la reunión del Consejo de Ministros. Miembros del Gobierno y dirigentes del PSOE reconocieron un amplio seguimiento de la huelga, pero pusieron en duda o que todos los huelguistas hayan actuado por propia voluntad. Adolfo Suárez, presidente del CDS, acusa a Felipe González de ser el responsable de llevar al país a una "dinámica de confrontación", mientras Julio Anguita, secretario general del PCE, cree que la demostración popular permite a González Mejar de sentirse prisionero de los poderes fácticos". El presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, señaló que el Gobierno debe sacar consecuencias políticas.Viene de la página anterior
Según datos de los sindicatos convocantes de la huelga, casi ocho millones de trabajadores secundaron ayer la jornada de paro. Los secretarios generales de las dos centrales mayoritarias, Nicolás Redondo y Antonio Gutiérrez, y sus ejecutivas, analizarán hoy juntos los resultados de la huelga y concretarán las propuestas que harán al Gobierno. Los comités de huelga adelantaron ayer que quieren negociar la previsión de inflación de 1989, porque entienden que el 3%. fijado por el Gobierno no es realista y no van a aceptar ese guarismo, dado que marca toda la negociación colectiva que se iniciará en los próximos días.Los secretarios generales de UGT y CC 00 fueron escuetos en sus declaraciones. Nicolás Redondo afirmó, tras la reunión del comité ejecutivo de la CIOSL (Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres): "Sería bueno que hubiera una nueva forma de actuar. Desde UGT estamos deseando que el Gabinete asuma nuestras prudentes reivindicaciones. El balón está ahora en el campo del Gobierno". Antonio Gutiérrez se limitó a afirmar que "sería absurdo que el Ejecutivo camufle el alcance y el éxito de la huelga".
Delegaciones de las direcciones confederales de UGT y CCOO hicieron la primera evaluación de la huelga general en una conferencia de prensa conjunta, que no tiene precedentes. Los sindicalistas definen el paro como "histórico para el movimiento obrero" y "éxito rotundo", al tiempo que "demuestra que la debilidad y la falta de tirón de los sindicatos no es cierta", y prueba "que nuestras reivindicaciones son razonables".
El presidente del Gobierno, Felipe González, excluyó una posible disolución anticipada del Parlamento y la convocatoria de elecciones como consecuencia de la huelga, al tiempo que ofrecía nuevamente dialogar con los sindicatos a partir de hoy. Mostrándose sereno y sonriente, González compareció en La Moncloa en una conferencia de prensa conjunta -prevista desde hacía semanas- con el canciller austríaco, Franz Vranitzky.
"En el día de la huelga, reitero mi voluntad de discutir con los interlocutores sociales y, si es posible, lo que deseo fervientemente, es Regar a un acuerdo sobre la situación de la economía española hoy", dijo González. Debatir lo que tiene que cambiar en esta política "es lo que intento hace año y medio", añadió el presidente, para quien los interlocutores sociales tendrán que "corresponsabilizarse" de los resultados de ese diálogo sobre los cambios a introducir. Dentro de esa nueva oferta de diálogo, González se refirió a un acuerdo de gran alcance para "aprovechar la gran oportunidad que ahora tiene España, y que no creo que vuelva a repetirse, en el que se encaje tal o cual reivindicación".
González insistió en las ventajas que ofrece el diálogo en lugar de la confrontación y aprovechó la presencia de Vranitzky para elogiar el proceso de concertación en Austria, "que ha permitido que allí sea impensable una situación como la que hoy vivimos aquí".
No a "las cuentas del Reino"
Las dos centrales, sin embargo, no admiten ofertas de negociación genéricas a través de los medios informativos y van a pedir al Ejecutivo que "empiece a negociar de verdad y a partir de nuestras reivindicaciones", según el ugetista Saracíbar, quien reiteró que los sindicatos no quieren discutir "las cuentas del Reino y el conjunto de la política económica, que son responsabilidad del Gobierno y del Parlamento".
El secretario de organización de UGT cree que "los sindicatos deben asumir ahora la responsabilidad de hacer valer el éxito de la huelga y no defraudar a los trabajadores". José Manuel de la Parra, responsable de organización de CC OO, coincide en que cada paso que den ahora será meditado, pero advirtió que "si persiste la política actual, los sindicatos vamos a seguir presionando". A él le resulta difícil creer que "un Gobierno consecuente y responsable no haga una reflexión para establecer correcciones en su política económica. Si hace eso daría la espalda a un clamor social'.
El comité de huelga expuso los puntos que quieren negociar. Además de la previsión de inflación de 1989, que no estaba incluido en la convocatoria del paro, y la retirada del contrato de inserción para jóvenes, esos puntos son: un plan de empleo que no se adjetive de juvenil, porque el paro es el primer problema del país; aumento real de los salarios; 48% de la cobertura del
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UGT y Comisiones Obreras se consideran legitimados para pedir al Gobierno que negocie de "igual a igual"
desempleo; incremento de dos puntos en las pensiones y los salarios de funcionarios para compensar la desviación de la inflación de 1988; reforma del Instituto Nacional de Empleo (INEM); participación sindical en las empresas y las instituciones; fondos de inversión; y reconocimiento del derecho a la negociación colectiva de los funcionarios.Horas después, el Ministerio del Portavoz del Gobierno reiteró la disponibilidad del Ejecutivo para el diálogo y añadió que los agentes sociales deben "corresponsabilizarse en la ejecución" de las líneas maestras económicas y sociales. Este comunicado del Portavoz del Gobierno fue el cuarto de la jornada. Los tres anteriores estuvieron dedicados a informaciones relacionadas con la marcha de la huelga, una de las cuales daba la impresión -a las diez de la mañana- de una situación casi normal, al informar de que "el consumo industrial de energía se ha visto reducido solo en el momento actual, en un 24%-30% sobre el consumo ordinario de un día laborable".
Por su parte, el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, puso en duda la voluntariedad de los trabajadores en el seguimiento del paro: "Es difícil entrar a valorar cuantas personas han optado libremente por no ir a trabajar y cuantas han visto impedido su derecho a trabajar, bien por la falta de transportes o porque se ha utilizado algún método coactivo". Txiki Benegas se negó a valorar la huelga como un éxito y aseguró que ésta no debe tener otra consecuencia política que "la de saber si realmente están dispuestas ahora las centrales sindicales a negociar".
Adolfo Suárez, presidente del CDS, acusó a Felipe González de ser el responsable de llevar al país a una dinámica de confrontación. El actual presidente del Gobierno "ha quebrado el consenso social que ha caracterizado el proceso político español desde la transición, por su incapacidad para mantener la vía de concertación como instrumento de gobierno" y añadió que "su manera de entender la política como un pulso lleva al país a la dinámica de confrontación".
Isabel Ugalde, de AP, invitó a los ciudadanos a "no votar al PSOE" en vez de utilizar instrumentos como la huelga general.
Anguita: "Apoyo para Felipe"
Julio Anguita, secretario general del PCE, dijo que el seguimiento de la huelga supone la baza más importante para que el presidente cambie de política. "Aquí ha habido una votación, un estado de conciencia que transciende las reivindicaciones sindicales. El señor de la Moncloa debería beber de esa fuerza para enfrentarse a los poderes fácticos y convertirse, paradójicamente, en el gran triunfador".
El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, intentó sin éxito el martes por la tarde hablar telefónicamente con Felipe González para transmitirle el apoyo del Gobierno catalán a la política económica del Ejecutivo.
Pujol resaltó anoche: "Después de esta huelga, la Generalitat ha de reflexionar y el Gobierno central también ha de hacerlo. Sería muy desafortunado que se quisiera minimizar la importancia de la huelga. La política económica del Gobierno es correcta, ahora bien, deberían modificarse ciertos aspectos".
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